En 1964 el país no era ningún paraíso de estabilidad para atraer inversiones. La primera mitad de esa década, desde el ajusticiamiento de Trujillo, el efímero gobierno de Bosch y la revolución de 1965, fue uno de los lustros más convulsos de nuestra historia.
Sin embargo, un valiente grupo de dominicanos motivados por Alejandro Grullón se atrevió a iniciar hace 60 años el Banco Popular Dominicano, el más importante y exitoso negocio financiero del país de propiedad democrática y admirable gobernanza corporativa.
El Popular y sus demás negocios dentro del Grupo Popular son un auténtico orgullo dominicano que demuestra cómo la unión de voluntades en torno a principios de buena administración y la prudencia gerencial pueden rendir resultados extraordinarios. Su sexagésimo aniversario llega con cien sucursales y un indiscutido liderazgo, incluyendo la banca digital.
Su mística, que no depende de personalidades sino de apego a las mejores prácticas bancarias, permite augurar renovados éxitos al Banco Popular, al cual me alegra felicitar por sus merecidos logros. Merecen mención su insuperable responsabilidad social corporativa, los aportes de su voluntariado y su apoyo a buenas causas en beneficio de toda la sociedad. ¡Felices 60 años!