La policía ha incautado y sacrificado cientos de perros desde que entró en vigor la prohibición de los perros American bullies XL.
Desde que se prohibieron los perros American bully XL en Reino Unido hace casi un año, en el país se sacrificaron más de 100 de estos animales al mes.
Las fuerzas policiales de Inglaterra y Gales afirmaron a la BBC que los costos de alojar en jaulas a miles de canes incautados, a menudo durante meses, se multiplicaron por seis, hasta llegar a más de US$31 millones al año.
Además, muchas instalaciones que se usan para retener a la especie estaban al límite de su capacidad.
Pese a esto, en muchas zonas los ataques de perros no dan señales de disminuir.
De las 25 fuerzas policiales que respondieron a las solicitudes de la BBC en virtud de la Ley de Libertad de Información, 22 afirmaron que estaban en camino de ver más incidentes denunciados este año.
Lisa Willis, que fue atacada por un perro American bully XL meses después de la prohibición, dijo que el incidente le pareció una «película de terror» y que la ley es «inútil».
La mujer opinó que a los propietarios de perros como el que le destrozó el brazo se les debería prohibir comprar más animales. Sin embargo, en este caso, el propietario sustituyó a su animal «en cuestión de semanas».
Lisa paseaba con su terrier, Duke, en junio, cuando un bulldog francés lo atacó. Unos momentos después, un perro tipo American bully XL salió de un jardín, cruzó la calle y atacó a Lisa.
«Pensé que me iba a matar», dijo la mujer de 55 años de Norfolk. «Era tan poderoso que literalmente colgaba de mi brazo y no importaba lo que hiciera, no podía quitármelo de encima».
Las personas que estaban cerca la oyeron gritar y la ayudaron a quitarse al perro, pero ella dijo que tenía el brazo «destrozado».
Temía desangrarse y pidió a quienes la rescataron que llamaran a su marido «para poder despedirme».
Las nuevas leyes
El 31 de diciembre del año pasado entraron en vigor nuevas leyes que restringen la cría y venta del American bully XL en Reino Unido, después de una serie de ataques de alto perfil, algunos de ellos fatales.
En febrero, se volvió ilegal tener un perro de este tipo, a menos que estuviera registrado antes de la fecha límite.
En la actualidad, hay cinco tipos de perros prohibidos en Gran Bretaña: el American bully XL, pitbull terrier, tosa japonés, doga argentino y fila brasileño.
Los perros registrados antes de la prohibición deben ser castrados, llevar bozal en público y mantenerse en condiciones seguras.
Cuando se introdujo la ley, el gobierno de Reino Unido estimó que había alrededor de 10.000 perros American bullies de tamaño XL en Inglaterra y Gales, pero la cifra se quedó corta.
Hay más de 57.000 de esos perros registrados en el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra).
Las respuestas de la Ley de Libertad de Información de 19 fuerzas policiales en Inglaterra y Gales muestran que en los primeros ocho meses de 2024:
- Se incautaron 1.991 perros sospechosos de estar prohibidos, frente a los 283 de 2023
- Se sacrificaron 818 perros, más del doble que en 2023
Dado que algunos animales incautados permanecen en las instalaciones de la policía durante meses mientras se confirma su raza o tipo, más de la mitad de las fuerzas de seguridad le dijeron a la BBC que las perreras estaban al límite de su capacidad.
Una vez que se ha emitido una orden judicial o los perros han sido rechazados por sus dueños, un veterinario los sacrifica.
El costo de las perreras
El jefe de policía Mark Hobrough, responsable de la lucha contra los perros peligrosos en el Consejo Nacional de Jefes de Policía (NPCC), afirmó que el cambio de la ley puso una presión significativa sobre las fuerzas policiales y añadió una cantidad «increíble» de gastos.
Los costos de las perreras y las facturas veterinarias aumentaron de cerca de US$5 millones a US$31 millones, pero eso no tenía en cuenta los costos adicionales de formación de personal, la compra de vehículos y equipos, el alquiler de perreras a corto plazo y los costos operativos más amplios para vigilar a estos perros peligrosos, explicó.
El funcionario añadió que el NPCC está planteando «una enérgica petición» de más dinero gubernamental para cumplir los requisitos de la prohibición de los perros American bully XL.
Los jefes de las 43 fuerzas policiales de Inglaterra y Gales también quieren un cambio en la ley para ofrecer a los agentes formas alternativas de tratar con las personas que se encuentren en posesión de perros peligrosos.
Parte de lo que dificulta el control de la prohibición es que determinar si un perro es un American bully XL puede requerir entrenamiento especializado y, a veces, experiencia externa, lo que significa mantener a los perros en jaulas durante largos períodos.
Con esta intención, el gobierno publicó una guía que ayuda a identificar a estos animales, a los que se define como un «tipo» de perro porque no son una raza reconocida por el Kennel Club.
Se los describe como perros grandes «con un cuerpo musculoso y una cabeza cuadrada, lo que sugiere una gran fuerza y potencia para su tamaño».
Quieren usar toda la fuerza de la ley
Expertos le dijeron a la BBC que hasta un tercio de los perros registrados en el Defra pueden no ser American bullies XL, pero aún no hay ninguna guía sobre cómo sacarlos del registro.
Los jefes de policía quieren ver cambios que les permitan advertir a los dueños responsables que pueden haber comprado sin saberlo un American bully XL.
Pero a la vez quieren poderes para tomar medidas drásticas contra los criadores ilegales y los infractores reincidentes.
El Defra dijo que la prohibición de los American bullies XL es «una medida importante para proteger la seguridad pública» y que seguirá trabajando con la policía, las autoridades locales y los grupos de protección de los animales para prevenir los ataques de perros «utilizando toda la fuerza de la ley cuando sea necesario».
Después de ser atacada, Lisa -que nos contactó con su historia a través de Your Voice, Your BBC News– fue llevada al hospital.
El animal que la atacó fue capturado por la policía y sacrificado el mismo día, un procedimiento normal cuando uno de estos canes está involucrado en un incidente grave.
La mujer está bajo tratamiento por estrés postraumático y dice que se siente «impotente» para evitar que algo así vuelva a suceder.
«Necesito asegurarme de que estas personas tengan consecuencias por sus actos porque, si esto continúa, alguien más va a morir, alguien más va a ser atacado», dijo.