La mayoría de la ciudadanía que abrazó el fervor por las llamadas “Reinas del Caribe” ha visto siempre la presencia de Annerys Vargas y Prisilla Rivera en la estela de resonantes éxitos del voleibol femenino dominicano.
Muchos adultos aún jóvenes y las generaciones siguientes que, atraídos por la luminosidad que a nivel planetario arrastra nuestra selección femenina decidieron endosarle simpatía y apoyo, han visto a Annerys por 25 años y a Prisilla los últimos 22 defender con gallardía y éxitos sobrados los colores patrios.
La de espigada figura, que se balancea como con pasos de ballet en acción defensiva y al ataque surge como centella para descargar su as por el centro de la red en forma de remate, Annerys Vargas Valdez, acaba de anunciar, con suma sencillez, su adiós a la selección.
En septiembre último, en el albor del oro de la Copa Panamericana logrado por las Reinas, con el premio de JMV adjudicado por merecimiento a base de cañonazos, se despidió Prisilla Rivera ante su propio público, que la vio llorar y lloró con ella, la vitoreó como premio a la entereza, vigor e ímpetu guerrero, sin arredro, con que defendió la entidad nacional.
En común tienen los logros más sublimes conquistados por un equipo de conjunto (excepto el béisbol del Clásico Mundial 2013), los oros en Juegos Panamericano (2003 y 2019), cinco corridos de los Centroamericanos y del Caribe, cuatro de la Copa Panamericana; asistencia a tres Juegos Olímpicos (que clasificar es de por sí un gran logro) y cinco campeonatos mundiales.
En lo personal, de Prisilla y Annerys como con Francia Jackson en el pasado, hemos disfrutado el privilegio del acceso dentro de lo profesional, como del saludo siempre afable con que nos han distinguido. Creo que el gran público puede proclamarlo igual.
Ante el adiós a la camiseta nacional, Prisilla hace ocho meses y Annerys ahora, decimos inclinados ante ellas: ¡loor a su trayectoria, logros y entrega apasionada a la patria como parte de la oda del deporte dominicano de conjunto en lo que va de Siglo XXI, la selección femenina de voleibol!
Menuditos: Sorpresiva pero acertada la designación por el presidente Luis Abinader del periodista José P. Monegro como presidente del Comité Organizador de los XXV Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2026… A favor tiene el CO que este proyecto con los Juegos para Santo Domingo no ha tenido el rechazo agreste que tuvo de amplio espectro de la nación el de Panam 2003. Así que, deseamos éxitos a Monegro y su equipo en dicha misión…
El diputado Benedicto Hernández sometió un anteproyecto que tiene en alboroto a Santiago. Pretende que se designe con el nombre del fenecido beisbolista José Lima, el complejo deportivo de la “Ciudad Corazón”… Con tantos ejemplos en el país, todavía hay quienes no entienden que, cuando se designa algo con un nombre primigenio, este prevalece sobre cualquier otro que le impongan por ley…
Por si lo olvidan, el común sigue llamando por sus viejos nombres al Estadio Quisqueya, la Avenida del Puerto y el Aeropuerto las Américas. El complejo deportivo de Santiago, que está en profundo proceso de rehabilitación, tiene un nombre muy enraizado en la mente de todos, y ya: “La Barranquita”.
