La salud mental es usualmente desdeñada como “cosa de locos”. Excluida de la mayoría de los seguros médicos, de las discusiones familiares, de las agendas oficiales…
Pero las enfermedades de la mente, esa entidad incorpórea cuyo asiento es el cerebro, y también las afecciones del cerebro propiamente, son cada vez más importantizadas en los países más desarrollados.
El comportamiento, las ideas, muchas veces dan pistas del estado de las personas.
Su condición o ánimo en base a su bienestar psicológico y emocional es lo que define su salud mental. Según pensemos y nos sintamos, actuemos y compartamos socialmente, cómo manejemos las tensiones o situaciones anormales buenas o malas, revelamos cuánta salud mental poseemos o nos falta.
En los últimos días, ha habido en las redes sociales una conversación sobre las canalladas de ciertos periodistas prevalidos de su impunidad, que diariamente exhiben enorme deterioro mental por su soez vocabulario e ideas disparatadas.
Quizás alguno esté realmente loco.
Pero más locos están quienes les oyen y hacen caso. ¡Cuántas vagabunderías! ¡Cuánta fatal impunidad!
