Lo que se pierden los periodistas deportivos

Lo que se pierden los periodistas deportivos

Lo que se pierden los periodistas deportivos

Dimaggio Abreu.

Por: DiMaggio Abreu

El periodista especializado en deportes, al menos del espectro capitalino dominicano, vive a espaldas del vivaz entorno cultural que se expresa en sus variadas manifestaciones.

“De lo que nos perdemos los periodistas deportivos”, pensaba en el lobby del Teatro Nacional Eduardo Brito, deslumbrado por la vistosa puesta en escena del protocolo de apertura de la XXVI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2024, dedicada al poeta Mateo Morrison y a la comunidad newyorkina de Washington Heights.

La fascinación se deslizó sobre la alfombra de tres poemas de Morrison: dos musicalizados, con arreglos incluido de Manuel Tejada y el otro teatralizado.

La exquisita voz de Maridalia Hernández deleitó al auditorio de una sala Carlos Piantini repleta, con un grupo de ninfas danzarinas que desplegó su arte, con su respectiva contraparte masculina.

Un grupo de niños declamó el segundo poema, una primera pareja de ambas ramas sobre una pequeña tarima que semejaba un libro del autor y que se deslizó hacia el centro sin roce perceptible. más un voluble mar celeste de impresión realista como pantalla de fondo.

Cuatro de nuestros artistas, Adalgisa Pantaleón y Carlos Alfredo Fatule entre ellos, musicalizaron el tercer poema en tiempo de merengue, con danzarines en movimiento y Maridalia integrada al final.

Estos eventos suelen perdérselos los cronistas deportivos, como conocer y disfrutar personajes como la laureada escritora Rhina Espaillat, de niña llevada al exilio con su familia, dada la dictadura de 31 años, que comenzó a publicar a los 13 en EE.UU. donde ha recibido numerosos galardones por sus obras y como traductora, que a sus 92-93 años muestra una lucidez y memoria privilegiadas.

Todo un personaje que, como representante de Washington Heigths, recibió su homenaje del Ministerio de Cultura y su ministra Milagros Germán.

Veladas como esta- llena de literatura verbal encarnada en Doña Rhina, en Don Mateo con su habitual sonrisa y descargas de buen humor- suelen perdérselas los periodistas deportivos, los consagrados que dedican sus vidas a laborar en los diarios nacionales y medios audiovisuales; y los que desvarían en empleos mínimos o el pluriempleo para mantenerse a flote.

Y como aquellos, a veces entremezclados, están los comunicadores que laboran para la agencia estatal del Deporte, que se tiene establecido como los peor remunerados del tren gubernamental (como la generalidad de su empleomanía) y que se sienten atrapados en el dilema de cuál sería el alcance de una futura jubilación.

Los periodistas del Miderec no reciben aumento en sus devaluados salarios entre el estándar de los servidores profesionales, desde principios de 2017, absolviendo con ellos la inflación que se incrementó con la pandemia y la guerra en Ucrania.

En el pasado reciente no se miró en el espejo de la impronta de la actual administración de la estatal RTVD, que estableció un sueldo mínimo decente para los periodistas.

Por tal, están a la expectativa sobre qué trae la nueva administración 2024-2028.

Falta de tiempo, especialmente razones económicas y quizás un menor roce con esferas sociales menos invasivas que el deporte, es lo que tiene a los periodistas deportivos alejados del entorno cultural como el cine, veladas teatrales, conciertos, presentaciones de libros de cualquier género, visitas a museos y zonas históricas.

Pocos de la clase asistirán a algunos de los más de 600 eventos programados durante los diez días establecidos para la FILSD 2024 en la Plaza de la Cultura.