A veces nos negamos al cambio, cuando una situación no se sostiene más. Llevando la ilusión de que todo permanezca estático, porque nos hace sentir en control.
Como el agua que se escurre de las manos, intentar retener cuando ya no va más, es algo que se sale de nuestro manejo.
Ese cierre de ciclo que en ocasiones es doloroso, no nos quita la experiencia y lo que nos llevamos.
Puedes perder cosas materiales, pero todo eso se reemplaza. Puedes llegar al final de una relación, pero nadie te puede quitar lo amado, lo que recibiste y las vivencias, puedes incluso perder tu vida en un cuerpo físico, pero la huella dejada en la eternidad y en los que compartieron contigo jamás se irá.