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Lo que la economía puede aprender de la medicina

La relación entre economía y medicina puede parecer distante, pero en realidad ambas disciplinas comparten un objetivo común: mejorar la calidad de vida de las personas mediante decisiones basadas en evidencia. La economía puede aprender de la medicina en varios aspectos fundamentales.

En primer lugar, la medicina ha desarrollado un fuerte compromiso con el “diagnóstico riguroso”. Antes de aplicar un tratamiento, se realizan pruebas, análisis y estudios clínicos que permiten identificar la causa del problema. La economía, en cambio, muchas veces se enfrenta a decisiones políticas o empresariales sin un diagnóstico suficientemente preciso de las causas estructurales.

Adoptar la lógica médica implicaría fortalecer los sistemas de datos, y realizar diagnósticos más certeros basados en evidencias.

En segundo lugar, la medicina enseña el valor de la “prevención”. Vacunas, campañas de salud pública y hábitos saludables reducen costos futuros y evitan crisis sanitarias. La economía podría aplicar esta lógica en el diseño de políticas fiscales y sociales: invertir en educación, infraestructura y equidad es equivalente a vacunar a la sociedad contra crisis de pobreza, desigualdad o inestabilidad financiera. La prevención económica es más barata y efectiva que la corrección tardía.

Otro aprendizaje clave es la “ética profesional”. La medicina se rige por códigos deontológicos que priorizan el bienestar del paciente sobre intereses individuales. La economía, especialmente en su dimensión política y empresarial, podría beneficiarse de una ética más estricta que coloque al ciudadano en el centro de las decisiones, evitando que el lucro inmediato comprometa la sostenibilidad social.

Finalmente, la medicina ha avanzado en la interdisciplinariedad: combina biología, química, psicología y tecnología para abordar problemas complejos. La economía puede aprender a integrar saberes de sociología, derecho, ecología y educación, reconociendo que los fenómenos económicos son multidimensionales y requieren enfoques holísticos.

En definitiva, la economía puede aprender de la medicina a diagnosticar con rigor, prevenir con visión de futuro, actuar con ética y trabajar de manera interdisciplinaria. Así, ambas ciencias convergen en un mismo propósito: construir sociedades más saludables, justas y sostenibles.

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Dr. Antonio Ciriaco Cruz, economista. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD. Columnista de El Día.

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