Lo que he aprendido
¿Qué he aprendido de estos días? Creo que esa es la principal pregunta que todos debemos responder.
Sinceramente, con el corazón en la mano. Y de ahí elegir qué se va a quedar con nosotros. Para lograrlo tenemos que desechar todo aquello que ha sido impuesto, lo que ha surgido fruto de las emociones más intensas y lo que ha traído a la palestra el miedo o la incertidumbre.
Quitando todo esto, que es consecuencia de acción reacción, encontraremos aquello que ha llegado para quedarse.
Les cuento un poco lo que yo he aprendido. El tiempo es relativo. La prisa es una imposición que me hago yo misma. Puedo lograr más en menos tiempo si me enfoco en vez de querer hacer mucho en el menor tiempo posible y acabar dispersándome.
La tecnología se puede usar para todo.
Es importante aprender y actualizarse por mucho que a veces las cosas parezcan complicadas. Al final, suele ser más sencillo de lo que uno piensa. Puedo sentirme vulnerable, no pasa nada, el mundo sigue funcionando. Y puedo buscar ayuda, eso me hace más fuerte. Ya no quiero arreglarlo todo sola.
Una simple llamada, un simple cómo estás es más importante que mil cosas materiales, si además viene acompañado de un “todo va a estar bien”, mejor.
No necesito muchas cosas para ser feliz. Cuando aquellos a quienes amo tienen salud todo lo demás pasa a un segundo plano.
Y además de todos estos grandes aprendizajes, me reafirmo en uno que ya la vida me había enseñado: ponte en los zapatos de los demás antes de emitir un juicio y no opines si aquello que vas a decir no trae una solución sino simplemente una crítica. Espero que sus aprendizajes hayan sido de crecimiento. Y se queden con ustedes para hacerles más fuertes y felices.
Etiquetas
Artículos Relacionados