Lo que Dios quita del camino

Lo que Dios quita del camino

Lo que Dios quita del camino

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Corrían los primeros meses del año 2007 cuando decidí aspirar a la presidencia de la Asociación Dominicana de Cronistas Sociales.

Tenía una visión, muchas ideas y deseos de aportar a mi gremio. Convencí a un grupo de colegas que se sumaran al proyecto, pues estábamos seguros que podíamos aportar nuestro granito de arena a favor del crecimiento de la entidad y, aún más, apoyarnos como profesionales.

Y como dice una jocosa expresión dominicana, “gané experiencia”, pero no la presidencia. Y muchos pueden pensar que a veces se gana y otras se pierde.

Sin embargo, en ese momento no lo vi como una pérdida sino como una ganancia. Siempre he creído que, sin importar lo bueno o malo que nos pase, cada paso y resultado nos va preparando para lo que viene.

Esa noche, luego de los resultados, les pedí a mis compañeros de boleta que fuéramos a celebrar y me miraron como si fuera una loca desquiciada, pero me acompañaron. Al descorchar la primera botella de vino, les pedí levantar las copas y brindar.

Con palabras más, palabras menos, brindamos por el aprendizaje del proceso, por la dicha de haber compartido en los últimos meses, por la amistad que salió fortalecida, por las puertas que se cerraron y las que se iban a abrir a partir de ese momento. Con certeza casi pasmosa les dije “lo que Dios quita del camino es porque no conviene”. Y pasamos una noche increíble juntos a puro golpe de risas.

Una semana después mi esposo murió, quedé viuda y con la responsabilidad de tres niños de 11, 9 y 3 años y una madre con una condición mental especial… y el mundo, que estaba al derecho, se puso patas arriba.

Hoy les cuento esto, no para que tengan pena ni lastima. Lo cuento porque sé que en la vida, cada uno de nosotros pasamos por momentos de dificultad o situaciones que nos noquean y nos tiran a la lona y, ahí postrados, no vemos futuro ni entendemos el “por qué a mí”.

Si hoy estás en esa posición, te puedo asegurar que puedes levantarte, pues cuando la adversidad golpea, es cuando tenemos que estar más tranquilos. Dar un paso atrás, permanecer fuertes, conectar con nuestra esencia y seguir adelante.

Da gracias y recuerda: “No somos lo que nos pasa, somos lo que hacemos con lo que nos pasa”, y todo, pero todo, tiene una razón de ser, solo tienes que mirarla con los ojos del entendimiento.