Bolivar Ernesto Valera Ariza nunca tuvo pretensiones de hacerse con una carrera política, sin embargo, su paso por la Cámara de Diputados, le ha mostrado que dicha plataforma es idónea para hacerse eco de las necesidades de la población.
El Boli, como le conocen artísticamente y quien ha logrado construirse un nombre en los medios de comunicación tradicionales y alternativos, llegó a la Cámara de Diputados en el año 2020 y busca repetir curul por la circunscripción 2 de Santo Domingo Este esta vez, en la boleta del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM).
En su primer turno de ponencia, semanas después de ser juramentado como diputado en agosto del 2020, Valera sorprendió a sus iguales al presentar inquietudes comunitarias algo que al parecer no se esperaban de quien contaba historias de borracho en televisión y otros temas propios del entretenimiento.
«En mi labor de fiscalización como diputado, asumí la lucha para que se instalara en Santo Domingo Este un Centro de Atención Integral para la Discapacidad (CAID) —dice—, y ya lo logramos estando el centro actualmente en la etapa de las inscripciones».
Su motivación, según confiesa, fue el resultado de escuchar a cientos de madres que le expresaron la inquietud a través de su programa de radio El Mañanero y de los encuentros que sostuvo con la gente de su comunidad.
Valera fue formado en un hogar dirigido por líderes comunitarios. Su madre, Rosa Ariza y su padre, Bolivar Valera, se destacaron en ramos distintos de apoyo a la comunidad.
«Mi mamá era directora de un colegio y ahí tuvo que lidiar permanentemente con padres de niños en todas las condiciones. Todavía hoy hay personas que dicen que votarán por mi porque soy el hijo de doña Rosa. Y mi padre se mantuvo promoviendo permamentemente el prevenir la adicción a las drogas».
Asegura que en esas jornadas, sus progenitores lo involucraron desde su infancia lo que, sin saberlo, se convirtió en un motor que hoy mueve sus aspiraciones políticas.
«Hay veces que uno se desanima por el lento tránsito de los proyectos en el Congreso, pero si los buenos se rinden ganan los malos, si gente con posibilidad de visibilizar lasa cosas se echa para atrás, perderíamos lo bueno de nuestra sociedad», declara.
Su salario como diputado lo ha destinado a un fondo de financiamiento para emprendedores bajo estrictas reglas que le permiten exhibir historias de éxito en barnerías, salones de belleza y colmados. Nunca entrega el dinero, sino que compra los insumos necesarios para operar.
Tiene propuesto una modificación a la Ley de drogas 50-88 para que más fondos sean destinados a la prevención y no solo al combate del flagelo, propone modificar la Ley de Ayuntamientos y el Distrito Nacional para consignar el aporte del 1% del presupuesto local en la creación de centros para la discapacidad y plantea crear un teatro en Santo Domingo Este que pueda rivalizar con el Teatro Nacional y que sirva a la vez de centro de formación en artes.
Además de darle continuidad a las iniciativas ya enunciadas, El Boli se propone llevar el barrio al Congreso.
Le preocupa que el político tradicional hable mucho y no escuche, destacando que en los sectores es probable encontrar buenas ideas.
«Esas propuestas serán analizadas junto con mi equipo legislativo y las que reúnan condiciones serán presentadas ante el hemiciclo».
