Lo bueno y lo malo

Lo bueno y lo malo

Lo bueno y lo malo

Frederich E. Bergés

En estos tiempos de post pandemia, conflicto armado entre Ucrania y Rusia y temporada ciclónica en el caribe, vivimos abundantes noticias económicas buenas y malas.

No pasa un día sin que nos lleguen acontecimientos que afectan nuestro desenvolvimiento económico diario.

Tomemos por ejemplo la situación de los hidrocarburos. Después de alcanzar el petróleo referente West Texas Index (el que prevalece para Republica Dominicana) un tope de US$109.55 el barril, su precio ha tenido un descenso hasta cerca de los US$79.37 el barril.

Ello supone un alivio para el gobierno que ve reducida la cantidad de recursos financieros que tiene que seguir destinando al subsidio. Pero por otro lado está la amenaza del invierno en Europa con una fuerte escasez de gas y declaraciones constantes del presidente de Rusia, cuyas amenazas mantienen el mercado petrolero en vilo e incertidumbres.

Otro tema es la tasa de interés. Siguiendo la tendencia de la Reserva Federal Norteamericana, nuestro Banco Central se ve compelido a incrementar sus tasas más a los fines de lograr prevenir fugas de capital que incidir en el control de la inflación, y por ende le sigue el mercado privado con iguales aumentos. Esto favorece la estabilidad macroeconómica, pero perjudica el costo de nuestra deuda pública, y al consumidor con mayores costes de endeudamiento.

Así también se registra un dólar cada vez más fuerte en los mercados internacionales, al superar la barrera del dólar por euro. Actualmente el dólar por euro alcanza 0.98, su cotización más fuerte desde el 2002.

Esta situación favorece las importaciones, ya que al peso dominicano tener como base el dólar, se puede importar más de Europa por menos. Pero lo malo es que también encarece los costos al turista europeo, amenazando con ello la plena recuperación del sector turismo de la economía.

Como se ve, la economía camina de forma muy dinámica de la mano con el comportamiento global. Nuestra nación sigue siendo una flauta más en el concierto mundial de las consecuencias económicas, con sus puntos buenos y también malos.