México.- “Little Haití”, una villa impulsada por un pastor, aspira a convertirse en refugio de haitianos que llegaron a México con la esperanza de cruzar a Estados Unidos, pero se quedaron varados en Tijuana tras el endurecimiento de las políticas migratorias de Donald Trump.
El pastor de la Iglesia Embajadores de Jesús de Tijuana, Gustavo Banda, empezó poco a poco a construir “Little Haití” para acoger a 225 haitianos varados en la ciudad fronteriza, quienes llevan más de dos meses esperando el asilo político en EE.UU., detalló a Efe.
Banda piensa construir casas para 100 familias y espera que el Gobierno de Tijuana apoye su iniciativa, que contará con casitas que serán construidas con madera, cimiento de bloque de cemento, hoja de yeso, terminado americano, y que tendrán agua, luz y gas incluidos.
La esposa del pastor, Aida Guillén, quien participa en esta iniciativa, relató que el fin de semana es cuando más ajetreados están los futuros habitantes de este pequeño refugio colaborando en su construcción, ya que la mayoría trabaja desde primera hora de la mañana hasta las ocho de la noche entre semana.
En la frontera hay unos 7.000 haitianos, además de ciudadanos de varios países de África, que llegaron desde mediados de 2016 para pedir asilo político en EE.UU., el cual les ha sido denegado, por lo que los albergues situados en esa región han empezado a colapsarse.
Algunos de estos albergues, debido a que reciben ayudas gubernamentales para acoger a los migrantes, tienen que prescindir de las personas que tienen visado humanitario en México, lo que incluye a buena parte de los haitianos, explicó Banda.
El albergue de la Iglesia Embajadores de Jesús, que lleva 20 años trabajando en Tijuana, es el único que no recibe estas ayudas, y por eso acoge a personas con ese visado. Uno de ellos es Renald Jean, quien salió de Haití hace cinco años, vivió durante tres años en Brasil, donde trabajó de cocinero, camarero y en la construcción, y recorrió República Dominicana, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica y Nicaragua hasta llegar a México para intentar cruzar a Estados Unidos.
Jean llegó hace tres meses a Tijuana junto a su esposa e hijo después de haber pasado por Mexicali y de intentar cruzar Estados Unidos, país en el que tiene a primos y amigos, sin éxito, y lamentó que desde la salida del expresidente estadounidense Barack Obama “muchos haitianos fueron deportados».
“Hay muchos haitianos que cuando no pueden pasar a Estados Unidos se quedan en México, pero no vienen desde Haití para estar aquí”, apuntó Jean.
La posibilidad de los haitianos para obtener una residencia legal en Estados Unidos se ha reducido luego de que el Gobierno de Donald Trump decidiera a principios de este año suspender por 120 días el programa de acogida de refugiados.
En ese sentido, el despacho de abogadas María Sandoval de Zarco informó el pasado 7 de marzo que México ofrecerá visados humanitarios y de refugiados a casi 4.000 migrantes haitianos varados en Tijuana mientras esperan asilo político en el país vecino.
Erika Santana, integrante de ese despacho, consideró que el programa de visados puede reducir la presión sobre los albergues que atienden a los haitianos desde el inicio de esta crisis.
Respecto a la obra humanitaria que están realizando, Guillén lamentó que “ha habido personas que no están de acuerdo con esta situación y que están en contra de darles una casa” a los migrantes, pero también “hay el apoyo de cierta comunidad que han proporcionado ayuda».
“La obra empezó con fe y acabará con fe, porque dinero no tenemos”, concluyó. Banda, natural de Tijuana, contó que actualmente acoge a 225 haitianos en su albergue, pero que pese a que normalmente llegan diez personas a la semana, el miércoles pasado se presentaron 14 personas- tres de Ghana y 11 de Haití.
“Huyen de la pobreza, de la corrupción, de los políticos, igual que en todos los países centroamericanos y México. En Haití no tienen ni oportunidades, no hay nada”, denunció.
El pastor precisó que antes de las elecciones estadounidenses, que tuvieron lugar el 8 de noviembre de 2016, venían hombres y mujeres de Haití solos, pero después el flujo disminuyó mucho y solamente llegan familias completas.
“La gente que viene con su familia tiene posibilidades del 50 % de no ser deportado. Ya no pueden cruzar los solteros, hoy no tienen posibilidades”, afirmó.
Banda relató que cuando las familias pasaban juntas, normalmente deportaban al hombre a Haití pero dejaban entrar a las mujeres embarazadas o con niños, pero desde la llegada del magnate republicano a la Casa Blanca también expulsan a mujeres y niños.