Literatura era parte de los Juegos Olímpicos

Literatura era parte de los Juegos Olímpicos

Literatura era parte de los Juegos Olímpicos

A pesar de los inmensos presagios contra los Juegos Olímpicos celebrados en Río de Janeiro, los mismos han terminado con un esplendoroso triunfo para la nación sudamericana, que demostró que no tiene nada que aprender de otras naciones en la organización y desarrollo de tan importante evento mundial.

No valió ni el Zika, la supuesta inseguridad ciudadana, ni la inestabilidad política; los juegos se dieron y se dieron bien.

A propósito de los Juegos Olímpicos, es interesante señalar que anteriormente la literatura era parte de los mismos.

Así como lo lee, la literatura participaba como competencia y también ganaba medallas. En el siglo VI antes de Cristo el poeta griego Píndaro escribió sus famosas odas a dichos juegos. La más conocida es la “Olímpica”.

En un interesante artículo publicado por el español Juan Antonio González Iglesias en el periódico El País, de fecha 3 de agosto del presente año, titulado “El chándal y el olivo”, se lee lo siguiente: “En el siglo I antes de Cristo, Horacio describe la literatura como deporte.

Describe los sacrificios del atleta, el que ahora se esfuerza por llegar corriendo hasta la meta deseada / mucho sufrió de niño, entrenó mucho / sudó y se quedó frío, se privó / de Venus y de vinos.

Pietre Fredy de Coubertín, el padre de los juegos modernos, quiso restablecer el proyecto clásico, agregando las competiciones literarias con medallas y con premios similares a las de los atletas.
Paradójicamente el Barón Coubertín ganó la medalla participando bajo un seudónimo con su “Oda al deporte”.

En los juegos olímpicos de París de 1924, la poeta inglesa Margaret Stuart ganó la medalla de plata con su obra “Sword songs”.

La de bronce fue para Charles Gonnet con la obra “Vers le dieu d`Olympie”. En Berlín el italiano Bruno Fattori ganó la medalla de plata con sus odas “profili azzori”.

Todos estos escritores no solamente han caído en el olvido, sino que sus nombres fueron borrados del medallero olímpico. ¡Pobre literatura!

Brasil organizó y desarrolló unos brillantes juegos olímpicos para orgullo de Latinoamérica. La pregunta del millón es: ¿y las favelas dónde están?



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