El diario puertorriqueño Primera Hora tituló el pasado viernes, “Boricuas dirigirán en la liga invernal dominicana”, y subtituló, “Lino Rivera estará con las Águilas Cibaeñas y Pedro López con los Gigantes del Cibao”. ¡Más claro ni el agua!
Ello a propósito de que la Lidom, a través de la Comisión de Apelación, eliminó la sanción de diez juegos contra Rivera impuesta por la Comisión de Ética y Disciplina tras concluir la serie final de 2015 que el Escogido ganó al Licey. La multa (que regularmente pagan los equipos) fue ratificada en 60 mil pesos.
O la Comisión de Ética estaba “muy caliente” al momento de fijar la sanción o la Comisión de Apelación “muy fría” al tiempo de reducirla a cero, ante una autoincriminación del propio Rivera, quien al pedir “disculpas” también mostró “arrepentimiento”.
¿De qué?
Tras revisar los archivos recuerdo que Lino, con su cara de buena gente y afable con la prensa (me consta), fue expulsado cinco veces por los árbitros, número que luce alto en una temporada relativamente corta. Cada expulsión tiene multa automática de cinco mil pesos.
¡Que prepare la cartera Juanchy!
Quizás incurro en una herejía al contravenir el criterio de un organismo conformado por connotados juristas, pero considero que se sentó un mal precedente, quizás hubiera sido más elegante -y justo- reducirla a la mitad.
¿Cuándo anunciarán las Águilas a su nuevo dirigente?… ¡Nos pechamos!