Las innovaciones siempre son agradables. Es muy loable que la Liga Dominicana de Béisbol profesional del país esté a la cabeza de las premiaciones que se realizan por las actuaciones destacadas en el torneo. Dentro de las mismas, hay un renglón que no tiene razón de ser, entregado en medio del torneo: el de Ejecutivo del Año, ya que es un reconocimiento a una labor que no concluye con la primera fase del evento, como lo es la serie regular.
Incluso en Grandes Ligas, ese premio se reveló en diciembre pasado, cuando ya todo había terminado. Fue ganado por Matt Arnold, vicepresidente y gerente general de los Cerveceros de Milwaukee.
Se le reconoció por construir un róster que tuvo 93-69 en 2024, finalizando en el primer lugar de la División Central de la Liga Nacional, con el cuarto mejor récord de GL.
Regresando a la premiación nuestra, este año el premio de Ejecutivo del Año lo ganó Ángel Ovalles, gerente general de las Águilas Cibaeñas, por un margen tan amplio que evidencia que ni siquiera los votantes están claros de esa elección.
Ovalles obtuvo 43 votos para el primer lugar, más del doble del que recibió José Mejía, de las Estrellas Orientales, quien acumuló 21 votos, y apabulló a Audo Vicente, de los Tigres del Licey, quien apenas recibió cinco votos. Luis Rojas, del Escogido, no recibió ninguno.
Colocando esa votación en contexto es fácil ver que está muy lejos de la realidad, porque tanto Mejía como Vicente estructuraron equipos que, en ningún momento, estuvieron fuera de la clasificación. Mejía condujo a las Estrellas al primer lugar y Vicente en la última semana cayó al tercero.
Sin embargo, en el caso de Ovalles tuvo un pobre inicio de 2-7, que lo llevaron a ser el único de los cuatro que clasificaron que tuvo que cambiar de dirigente durante la vuelta regular.
Al parecer se premió el grado de adversidad.
En nuestro caso, como tenemos un torneo tan corto, considero que el premio de Ejecutivo del Año debe ser entregado como compensación a la gerencia de operaciones, representada por el gerente general, que gane el torneo.
Porque para lograrlo esa gerencia tiene que trabajar para clasificar en la vuelta regular, ganar o quedar segundo en el Round Robin y así pasar a la Serie Final y luego completar ganando el campeonato.
¡Una labor muy titánica!
Al llegar a la jornada de ayer, las Águilas tenían récord de 1-5; entonces si terminan el Round Robin con una marca pésima: ¿cómo se justificaría que Ovalles fue el Ejecutivo del Año?