Liderazgo político virtual

Liderazgo político virtual

Liderazgo político virtual

El país cuenta con una cantera de talentos –jóvenes, adultos, maduros- que pueden ser piezas de un nuevo liderazgo para conducir la barca de la nación con una visión que evalúe objetivamente nuestros errores históricos vigentes y articule soluciones racionales.

Están diseminados dentro de las organizaciones políticas, en el empresariado, la sociedad civil, el mundo académico. Probablemente algunos no trabajan teniendo en la mira un proyecto de poder y quizás ni estén seducidos por algo parecido.

Ojalá que gente como ellos decida incursionar en la arena política para incrementar la oferta de opciones –actualmente tan pobre- y elevar, inclusive, la calidad del ejercicio que, sin dudas, sufre impresionantes niveles de degradación por el tigueraje que lo invade.

El reto es, sin embargo, desarrollar nuevos liderazgos respaldados por los hechos, la estela irrefutable, convincente y constructiva que marca una verdad: no hay que estar en el poder para mostrar vocación de servicio ni para fundar un legado respetable que impacte positivamente en la vida de la gente a cualquier escala.

Me resultan risibles esos “presidenciables” que esperan el milagro de la aceptación popular a través de las palabrerías huecas, la simple retórica preciosista, los lugares comunes verbales, cayendo en la trampa que reside en la emoción sin acción y que los convierte en modas pasajeras, héroes de papel con apenas minutos de fama.

Cuando hacemos un paralelismo entre el discurso y su vida, hallamos grandes disonancias y contradicciones: quieren ser redentores de los pobres, pero a nadie han ayudado a salir de la pobreza; hablan de salarios magros y de miseria, pero pagan mal a los servidores de sus empresas y nunca han simpatizado con aportes de responsabilidad social que generen valor y cambien vidas. Su enfoque es la acumulación y si es con poco esfuerzo, mejor.

Pierden de vista que el mérito hay que construirlo y que esto se logra estando al lado de la gente y de sus problemas, aportando soluciones, escuchando, interactuando. Ese es el gran fracaso de ciertas “alternativas políticas emergentes”. De ahí que su liderazgo se limite a las redes sociales y al Whatsapp.

Fuera del mundo virtual chocan contra la pared y se destruyen, porque les falta autenticidad y resultan casi un fraude. Peor: carecen de hechos que hablen por ellos.



Victor Bautista

Máster en Dirección de Comunicación OBS/Universidad de Barcelona. Egresado de la UASD como licenciado en comunicación. Ha sido alto ejecutivo de medios impresos, de TV e internet. Actualmente es socio director de Mediáticos Consultores de Comunicación.

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