Liderazgo

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Danilo Arbilla

Estuve tentado a titular “ La candidata”, pero lo repensé y me dije: para qué poner “picas” en Caracas.

Durante su estada en Madrid le hice una entrevista a Lilian Tintori, la joven esposa del líder del Partido Voluntad Popular (VP), Leopoldo López, el que junto al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma y el dirigente Daniel Ceballos, es uno de los mas conocidos presos políticos de los 78 que están en los calabozos del régimen chavista del que Nicolás Maduro es su cabeza más visible.

Fue una entrevista muy breve; solo una pregunta: ¿ va a ser candidata?

– “¿Quién?¿ Yo?” – se exrañó- “Eso no está planteado. Las prioridades son la libertad de los presos políticos, entre ellos, por supuesto, la de mi esposo, pero junto con la de todos; el llamado a elecciones legislativas con garantías y observadores internacionales de la ONU, la UE y la OEA; la investigación de los más de 40 asesinatos, y la reinstauración de todas las libertades y la democracia en Venezuela. Eso es lo que está planteado”.

Tal su respuesta.

Tintori habló en Madrid, en el VIII Foro Atlántico, ante un desbordante auditorio. Fue de menos a más. Contó los casos de gente común víctima del chavismo. Luego, sin distraerse en personalismos o en el dilema familiar, centró su exposición en los temas centrales que agobian hoy a Venezuela, con cifras, detalles y testimonios que reforzaban la credibilidad del fuerte contenido de su discurso y la convicción que transmitía.

El público la aplaudió de pie, y el Nobel Mario Vargas Llosa se adelanto a felicitarla. Fue aclamada y sin duda ninguno de los otros expositores recibió una respuesta tan entusiasta de los presentes.

Y cabe destacar que entre quienes hablaron durante la jornada estuvieron el propio Vargas Llosa, la periodista cubana Yoani Sánchez, el escritor y exministro de Cultura de Chile, Roberto Ampuero, el periodista, escritor y profesor miembro de la Real Academia de la Lengua Española, Luis María Ansón, la historiadora y diputada española Cayetana Álvarez de Toledo, el economista y jurista español Pedro Schwartz y Guy Sorman, economista, periodista, filósofo y autor francés que tuvo a su cargo la conferencia de cierre.

Tintori mostró un fuerte carisma, fue convincente y por sobre todas las cosas pegó en el blanco. Levantó banderas incuestionables, de unidad, que no dan espacio a discrepancias y menos a ambiciones personales y pretensiones de liderazgos que debilitan los emprendimientos democráticos y fortalecen a los mandamases de turno.

Y ese encare, que es clave en la acción política en cualquier momento y en cualquier lugar, lo es aún más en la Latinoamérica de hoy, y en particular en Venezuela.

Es un hecho que los altos precios de las materias primas y los buenos viento externos que favorecieron las economías del hemisferio fueron un excelente respaldo para muchos “reeleccionismos“ y para que más de uno se autoerigieran como artífices del desarrollo y magos de las finanzas al frente de gobiernos neopopulistas. Pero más que todo ello, la mayor fuerza de esos regímenes ha derivado de la existencia de una débil oposición.

Esas permanencias “progresistas” han sido la consecuencia de fuerzas opositoras divididas, por momentos colaboracionistas y en otros timoratas, que no han sabido, primero, aprender de sus errores, segundo, abandonar ciertas prácticas condenables y tercero, quizás lo más importante, aglutinarse, sin personalismo ni intenciones oportunistas, en torno a valores y principios básicos que sean los arietes para perforar al autoritarismo que amuralla a muchos de los países del continente.

Naturalmente, improvisando, sin papeles, Tintori, clarificó el camino. Por eso, quizás, mereció tanto aplauso.
Esa, además, fue la razón de que se me ocurriera una sola pregunta.



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