Libertad de opinión

Libertad de opinión

Libertad de opinión

David Alvarez

El reciente atentado en Francia contra la redacción de un revista que había caricaturizado a símbolos musulmanes -y católicos, de la política francesa y otros muchos más- resucitó la vieja discusión del rango de la libertad de opinión.

Enfatizamos la más absoluta libertad de opinión en el contexto de una diversidad de medios de comunicación que defienden agendas diferenciadas. Si no hay esa diversidad, no existe tal libertad.

En una sociedad plural quienes no estén de acuerdo con la postura de un determinado medio de comunicación simplemente no le prestan atención y pueden buscar otros medios más afines a su peculiar forma de entender el mundo.

Sin censura previa, toda opinión que violente la debida honra de una persona o institución debe ser pasible de ser sometida judicialmente, por supuesto si se demuestra falsedad en lo dicho.

Que la opinión de otro no me guste, no es asunto para acusarlo y mucho menos agredirlo.

Los patrones culturales son arbitrarios en cuanto se construyen a partir de experiencias históricas y se modifican constantemente, igual que las moralidades.

Quienes se mofan de muchas de nuestras costumbres pueden ser buenos referentes para revisar críticamente lo que hacemos y sus motivos.

La tolerancia, que procede del uso de la razón y la aceptación de la alteridad, es un síntoma de la salud social de una cultura, una religión, un nacionalismo o ideología. Lo opuesto es el cretinismo que se alimenta del odio hacia todos los seres humanos diferentes a uno.



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