Libertad de amar y derecho a morir

Libertad de amar y derecho a morir

Libertad de amar y derecho a morir

Wilfredo Mora

“Libertad de amar y derecho a morir”, libro del más grande maestro de derecho penal, en lengua española, doctor, don Luis Jiménez de Asúa, ediciones Depalma, Buenos Aires, 1984 (originalmente escrito por el maestro español, en 1925) reúne las incursiones de un criminalista en el tema médico-social y biológico, acerca de dos grandes horizontes, como son la eugenesia (derecho de nacer) y la eutanasia (derecho de morir).

Inmediatamente dio a conocer con brillantez aquellas defensas con extraordinarias reflexiones, fue suspendido del empleo de catedrático, “y pérdida de sueldo por un mes”, “por teorías antisociales, contrarias a la familia y la religión”. El ministro de Instrucción Pública de Murcia instruyó al rector de la universidad a protestar contra él por haber vertido teorías que postularon el amor libre, de reducción voluntaria de la maternidad y la eutanasia.

El mundo avanza con terca determinación a cambiar la realidad de la vida, el amar y el morir. No va a ser fácil explicar ahora este tema a los abanderados progres y grupos LGBT; ellos no entenderán la doctrina noble del amor libre, pues sólo se quedan en la torpe degradación de la idea de lo que quieren. Y es claro que este infierno sexual es un fenómeno de los hombres, más que de las mujeres, y lo que buscan es que se lo reglamenten a toda costa.

El maestro Luis Jiménez de Asúa (Madrid, 1889-Buenos Aires, 1970) se adelantó mucho a su tiempo que, quizás previó a los “nuevos hombres” y “nuevas mujeres”; él comprendió que sería desde la eugenesia de la que surgirían los desvaríos del problema sexual: la lucha antivenérea, la prostitución y el fracaso de su abolicionismo, la realización del matrimonio eugenésico; es decir, el desdoblamiento del amor y de la libertad de amar, la paternidad y la filiación. Aclaramos que las repulsas inmediatas a sus ideas no significan que una inteligencia como la suya lo convertiría en un pacifista revolucionario, sino que sus defensas de jurista se encaminaron a prepararnos para el debate de la eugenesia y de la eutanasia.

Lo mismo que hace unos días nos legó Manuel Alberto Montaner, con su carta póstuma para narrar su experiencia del derecho a morir con libertad. Nos duele su muerte, y nos reconforta la trayectoria de “una prolífica vida marcada por la defensa de las libertades individuales”; sus escritos, lo convirtieron en defensor de los derechos humanos de la isla de Cuba, al escribir una carta que sería leída después de su muerte. Manuel Alberto Montaner escribió cómo al llegar a Madrid entregó a la Sanidad Pública, el documento en el que se establecen los cuidados y tratamientos de salud en situaciones extremas, y desde el principio, la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) lo respaldó, en caso de tener que recurrir a la eutanasia.

Madrid aprobó la “Ley de la Eutanasia”, en marzo de 2021. Se suma a países como algunos Estados de la Unión Americana, Bélgica, Holanda, Nueva Zelanda, Luxemburgo, Suiza, Portugal y Canadá. Algunos lo celebran, pero la República Dominicana, por sus múltiples taras sociales y culturales, no está preparada para practicar esta forma de muerte legal, consentida y asistida que, desgraciadamente, se pronuncian, unos a favor y otros en contra.



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