Hay una discusión pública sobre la necesidad de realizar ajustes al sistema dominicano de seguridad social, cuyo fundamento nunca reconocido es el empleo formal.
Pero jefes sindicales agitan para oponerse a modernizar el Código de Trabajo.
Usan el miedo de algunos obreros y otros empleados al oír que podrán perder sus derechos laborales. Insisto: es un absurdo. Están protegidos por la Constitución; ninguna ley puede quitarles nada retroactivamente.
Actualmente, el costo de crear un empleo es tan alto que desincentiva penosamente la creación de nuevas plazas de trabajo, desestimula una compensación transparente y bloquea el ingreso a la economía formal de cientos de miles de negocios.
Cumplir las leyes laborales sería un suicidio, pues no podrían competir. ¿Este ‘statu quo’ es el que los gremios de trabajadores desean mantener? Sin quitarles un gramo de peso a los derechos adquiridos, podría perfectamente legislarse para mejorar el Código y fomentar la creación de más nuevos y mejores empleos. ¡Urge liberar la fuerza creativa de miles de emprendedores que están marginados y ninguneados!