Ley de Intrant, ¿para todos?

Ley de Intrant, ¿para todos?

Ley de Intrant,  ¿para todos?

El serio problema del tránsito vehicular en el país es un asunto de orden y salud pública, y un asunto de carácter educativo-cultural. En la República Dominicana la seguridad vial es sumamente frágil.

Esta fragilidad es tal que da lugar a una gran cantidad de víctimas mortales y de personas inhabilitadas físicamente.

Un reciente estudio oficial establece que en el 7.9% de los hogares dominicanos, “al menos uno de sus miembros estuvo involucrado en un accidente de tránsito en los últimos 12 meses anteriores a la encuesta” (“Enhogar”, 2017, ONE).

En un agudo reportaje de prensa, el periodista Joan Vargas destaca que en apenas tres días (del 23 al 26 de diciembre del año pasado) se registraron en el país 21 muertes en accidentes de tránsito, en tanto que del 23 de diciembre (de 2018) al 1 de enero (de 2019) se produjeron 2,753 lesionados por la misma causa (EL DÍA, 23 de enero de 2019).

En la conducción vehicular padecemos de falta de cortesía. El machismo al volante nos domina (aun a las propias damas conductoras), irrespetamos las normas, nos descuidamos y caemos en la impaciencia. Al manejar creemos que solo nosotros tenemos prisa.

Pero lo peor es la irresponsabilidad de manejar luego de haber ingerido alcohol. Estos factores dan un perfil muy negativo al tránsito y transporte de nuestro país.

A la luz de esta realidad muchos sectores han dado la bienvenida a la entrada en vigencia de la nueva ley del Intrant para regir el tránsito y transporte terrestre. Esta ley ha suscitado acogidas diversas y también ha supuesto la formulación de preguntas como: ¿se aplicará sin miramientos?

¿Esta ley regirá igual para todos, sin distinciones? ¿Qué dispositivos serán utilizados por las autoridades para supervisar y hacer efectivo su cumplimiento?

Estas preguntas tienen entera pertinencia. Quien escribe observó una gran cantidad de camiones y contenedores circular por la avenida Máximo Gómez a velocidad y por carriles distintos a los dispuestos por la ley, el mismo día en que entró en vigencia dicho mandato.

Por otro lado, siendo los accidentes de motores causas de la mayor cantidad de víctimas mortales, nos preguntamos cómo serán controlados los motoristas.

Los semáforos son dispositivos mecánicos usados para normar el paso aun de los transeúntes. Entonces, cómo es posible que una gran parte de los conductores de motores actúen como si los mismos no los regularan.

¿Frente a su vulnerabilidad, cómo es posible que motoristas conduzcan sin casco protector o con el casco enlazado al brazo?

Consideramos positiva la ley para regular el tránsito y el transporte terrestre, pero entendemos que si dicha ley corre la misma suerte que otras leyes que “nos rigen”, ella hará más mal que bien, destacándose nuestro tránsito y transporte como otra expresión más de atraso social.