SANTO DOMINGO.-El expresidente Leonel Fernández se presentará al electorado por sexta ocasión esta vez, en busca de redimir su figura e incidencia histórica, que fue férreamente acorralada, tras su salida del poder en el año 2012.
Entonces se hablaba de déficit fiscal, se argumentaba de un “atraco” al Estado a raíz de un contrato con la minera Barrick Gold del tipo espejitos por oro y se realizaron decenas de juicios populares con efigies de su persona en traje de presidiario algunas de las cuales fueron incluso quemadas.
En esas jornadas, participaron organizaciones de la sociedad civil a las cuales se sumaron, directa o indirectamente, dignatarios del nuevo gobierno, algunos de los cuales habían sido activistas principales del séquito de aduladores que le rodeó mientras fue presidente.
Su defensa se materializó en artículos de opinión en los que argumentaba sobre el liderazgo y en recomendaciones de lectura entre las que se encontraban La Civilización del Espectáculo, de Mario Vargas Llosa, y Mediocracia, del filósofo canadiense Alain Deneault, ambos textos citados para explicar la mediocridad social que repele el intelecto. Se veía a sí mismo como víctima.
Otro rumbo
Bloqueado en el 2016 con el mismo poder del Estado que antes se le había acusado de usar, Fernández empezó a considerar otras posibilidades a partir del 2016, cuando un espinoso pero poderoso Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) empezaba a considerar la posibilidad de una modificación constitucional para legitimar un tercer período de Gobierno liderado por Danilo Medina.
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