León XIV: una nueva esperanza para la Iglesia

A propósito del jubileo y su lema, la elección papal de León León XIV es una nueva esperanza para la Iglesia católica por sus orígenes latinos, su condición de religioso, la escogencia de su nombre como pontífice y su trayectoria.

Un papa de origen latino:
Tener un papa de origen latino renueva la esperanza en el fortalecimiento de la defensa por parte de la Iglesia católica de la causa de los migrantes a nivel mundial en un mundo donde la polarización, la xenofobia y el resurgimiento de los líderes ultraconservadores amenazan los derechos de las personas que migran de un país a otro buscando un mejor futuro.

Un papa religioso:
Como sacerdote religioso de la congregación de los agustinos, fiel a su voto de pobreza, Robert Presvot, augura un liderazgo humilde, cónsono con el estilo del papa Francisco, demostrado en simbología y en la vida práctica de la renuncia a la ostentación y a las riquezas. León XIV también ha optado por la cruz de plata en vez de la de oro y el vehículo sencillo en vez del Mercedes. Este estilo refuerza el llamado al pueblo de Dios a vivir desde la austeridad y los valores del Evangelio.

El nombre León XIV:
El el siglo XVIII, León XIII revolucionó la Iglesia y el mundo con su encíclica Rerum Novarum. Fruto de ella nacieron más tarde el catolicismo social, la democracia cristiana y los partidos con esa visión de pensamiento.

Al optar por llamarse León XIV, el nuevo papa, podría indicar el reforzamiento de la misión de la Iglesia en lo social, el contexto de la cuarta revolución industrial y una alerta ante los reduccionismos que se vuelven contra el ser humano y dañan su dignidad.

La trayectoria de León XIV:
Por la trayectoria de León XIV se vislumbra una era de afianzamiento de compromiso de la Iglesia con los más pobres, de evangelización, de unión y de conciliación como deja claro en su reciente llamado: “Ayúdenos a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz”.