Buenos Aires.- Hace ocho años que el destino la eligió para suceder a Amaia Montero como cantante de La Oreja de Van Gogh, pero Leire Martínez, ahora con varios éxitos al frente del grupo, tiene claro que su antecesora “es y siempre será parte” de la banda, y que lo demás en torno al tema son leyendas que les seguirán siempre.
“Habrá leyendas hasta que nos muramos los seis que formamos parte de la historia”, cuenta la vocalista española (Guipúzcoa, 1979) en una entrevista junto a sus cuatro compañeros en Buenos Aires, primera escala de un viaje con el que promocionan en Latinoamérica su último disco, “El planeta imaginario».
Joviales y siempre con una sonrisa, los artífices de hits como “El 28”, “Cuéntame al oído”, “La playa”, “París”, “Rosas” y “Muñeca de trapo”, que popularizó Montero con su voz, y “El último vals”, “Jueves”, “Cometas por el cielo” o la más reciente “Verano”, ya a cargo de Martínez, fueron tajantes.
“La relación con Amaia es buena y con normalidad. Hay mucha gente que ha decidido (quedarse) con Amaia, con nosotros, con los dos, sin ninguno… las opciones son todas. Le hemos dado siempre mucha normalidad”, se arrancó a contar el guitarrista Pablo Benegas.
Para él, compositor de la banda junto al teclista Xabi San Martín, después de que la primera cantante decidiera emprender su carrera en solitario, Leire “no entró en el grupo para echar tierra sobre nada».
Sin embargo, no son pocos los chascarrillos entre los seguidores en internet, que a menudo “pelean” por si una canta mejor que la otra o si se llevan o no se llevan bien todos, algo que los propios músicos reconocen como algo divertido.
“El morbillo a todos nos gusta y evidentemente en nuestro caso imagínate lo que ha podido dar que sí…. Una sensación tan… oye… que te deje la cantante.
Pues evidentemente es muy jugoso… pero de verdad que las cosas muchas veces son mucho más sencillas. Pero hay quien sigue creyendo en leyendas”, añade Martínez.
El grupo, que ya ha cumplido 20 años haciendo música, evita aventurarse sobre si habrá reencuentro en un futuro con su emblemática primera voz -como ansían sus fans-, aunque bromean con el hecho de que Marta Sánchez y Vicky Larraz, las dos primeras vocalistas del también grupo español Olé Olé, hayan grabado por primera vez en 30 años una canción juntas.
“Nos quedan 10 (años)”, dice entre risas Haritz, batería de una formación con alrededor de 8 millones de discos vendidos en España y América Latina.
“Ellos (Amaia y el resto) han vivido 12 años (juntos) y han pasado por muchas cosas que no las va a cambiar nada ni nadie. Amaia es y siempre será parte de la Oreja de Van Gogh, lo que pasa es que es verdad que ahora representamos ‘La Oreja’ nosotros cinco”, reconoce Leire.
El presente pasa por un disco -el primero de estudio en cinco años- que además de ser fiel al sonido pop que les caracteriza, pone el foco en temas sensibles como el alzheimer, la violencia machista y la emigración juvenil en busca de un presente mejor.
“Hemos invertido más tiempo que nunca en hacer un disco. Creo que nos ha exigido más por el mero hecho de llevar 20 años haciendo esto y cada vez te exiges más y vas quemando trucos”, subraya el bajista Álvaro Fuentes, al asumir que han conseguido una “profundidad mayor» y una carga emotiva “muy fuerte».
Después de España y Argentina, donde han visitado multitud de medios de comunicación con el álbum bajo el brazo, la banda vasca se presentará en Chile y México, dos de sus principales puntos fuertes.
“Latinoamérica es fundamental, parte de nuestra patria. La entrega (de la gente) es sin filtro. Van ‘a cuchillo’ a todo”, remarca San Martín sobre la pasión de los seguidores de este lado del Atlántico.
A modo de ejemplo, recuerda cómo en Colombia los tuvo que sacar la Policía Militar de un lugar para protegerles de los fans congregados; o los “llenos” varios días consecutivos en uno de los teatros más conocidos de Buenos Aires.
“Son vivencias y emociones en alta definición brutales que no ocurren en Europa”, señala. A pesar de la cantidad de temas de su repertorio que han calado en la gente, se resisten a vivir de las rentas.
“Seguimos disfrutando de esto, sin prisas. Hemos tenido la suerte de vivir muchísimas cosas y ya no hay metas más que disfrutar de hacer una canción, de subirnos al escenario, de viajar…”, concluye Benegas, consciente del “lujo de profesión” que le ha tocado vivir, “que es la música». Y con eso, dice, ya están felices.