Lecturas del proceso electoral

Lecturas del proceso electoral

Lecturas del proceso electoral

Ante todo, se impone una evidencia. Las elecciones recién transcurridas confirmaron una percepción que ya habíamos captado: el sistema de partidos en la sociedad dominicana no volverá a ser el mismo.

Durante este proceso, la vorágine del transfuguismo llegó a su clímax , el clientelismo desbordó todos los limites , la débil democracia interna acabó de colapsar, las cúpulas impusieron acuerdos de aposento, entre otras tendencias, que aunque ya venían transitando en la vida política no se habían manifestado como ahora con toda su crudeza.

El sistema de partidos que en lo últimos diez años se concentraba en tres organizaciones (PLD,PRD,PRSC), hizo crisis. El PRD se dividió, y de un partido que obtuvo 47 por ciento de los votos en las elecciones de 2010, en estas elecciones, aliado al partido gobernante, apenas pudo superar el 5 por ciento del electorado, pasando a engrosar las filas de los partidos minoritarios.

El Partido Reformista Social Cristiano se mantuvo con una débil votación lo que le pronostica un futuro incierto.

El PLD, aunque triunfante electoralmente como partido, está sumido en profundas contradicciones internas entre los dos grupos antagónicos. Estos conflictos se profundizarán en los próximos años en el cuadro de la lucha por la sucesión de Danilo Medina.

En cuanto al PRM, con un buen desempeño de un 35 por ciento del electorado, debe ahora demostrar si es capaz de dirigir la oposición en los próximos años.

Múltiples desafíos, internos y externos, se le presentan, uno de los cuales, y no por ello el único, el regirse por sus estatutos y aplicar la democracia interna.

Los partidos emergentes, tal y como se esperaba, no lograron superar sus expectativas, y fueron atrapados por la polarización entre el PLD y el PRM , tendencia que se manifestó de nuevo como una característica de las contiendas electorales dominicanas desde 1962.

Pero lo esencial revelado por el proceso electoral pasado es lo siguiente: mientras la estructura electoral vigente siga manejada por el PLD, los recursos del Estado se vuelquen en favor de los candidatos del Gobierno y la ley de partidos y la ley electoral no sean aprobadas y se ejecuten realmente, las elecciones por venir estarán manipuladas por el partido gobernante.

Las múltiples irregularidades que se manifestaron antes, durante y posterior al proceso electoral revelaron la ausencia total de contrapesos jurídicos que impidieran las barbaridades que se cometieron en el proceso, y que el colapso de los escáneres no fue más que uno de los elementos que ensombrecieron la transparencia de las elecciones.

La interrogante es cómo desmontar esta estructura jurídica institucional perversa para evitar que lo ocurrido no se vuelva a repetir jamás.

Este es el dilema en que se encuentra el sistema democrático dominicano agravado por un poder partidario que concentra el control en los tres estamentos del Estado.

A la luz de la experiencia nacional e internacional, solo uniendo un haz de fuerzas sociales, económicas y políticas, anteponiendo el interés nacional al interés partidarista, conjugado con un poderoso movimiento de masas , podrá echarse abajo dicha estructura. Lo que sugiere no solo propósitos comunes sino un liderazgo responsable y capaz.



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