Lecciones de Javier Milei

Lecciones de Javier Milei

Lecciones de Javier Milei

Wilfredo Mora

El mundo fue testigo de lo ocurrido el 19 de noviembre de este 2023, en que perdió el peronismo y kirchnerismo, después de 40 años de democracia oficialista.

Los resultados de las elecciones presidenciales de Argentina en el balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa tienen muchas lecciones que mostrar a la clase política de América Latina.

O, mejor lo explicamos de otra manera: el caso Milei era todo lo que se necesitaba para adelantarnos a las sorpresas que vamos a experimentar en el cercano proceso electoral que van a vivir muchos países, y particularmente, República Dominicana que, según el propio Milei, está representado por la “casta” política (“corrupta y chorra”), que es la causa de todos los males sociales que tienen las mayorías de las democracias.

Javier Gerardo Milei encarna los giros hacia el liberalismo, hacia las ultraderechas, que en cada país adopta sus propias connotaciones.

Y eso lo hace fenomenal, si podemos utilizar ejemplos similares, como el ascenso de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien al igual que en el caso argentino, ha instaurado un modelo político que va generar irremisiblemente ciertos “desequilibrios” en los poderes del Estado y en las instituciones públicas.

¿Cuándo y cómo surgió el proyecto Milei?, ¿por qué?, y, sobre todo, ¿cuáles son las lecciones que podemos aprender de este punto de inflexión en la política argentina?
La primera y más elemental lección política de Javier la vimos en su rol de candidato. En muy pocos meses concedió la mayor cantidad de las entrevistas, encuentros off the record, paneles de tv y de radio, en los que conectó directamente con el electorado y les explicó las fórmulas económicas que necesita la Argentina.

No hizo promesas, y demostró saber bien lo que explicaba. No gastó un céntimo en las redes sociales y protestó porque el oficialismo gastó excesivamente dinero para descalificarlo con fakes news de su vida privada.

En el balotaje, ganó las elecciones con el mayor porcentaje que un candidato de la ultraderecha lo haya logrado en América Latina. Su discurso de celebración, de unos 14 minutos, lo utilizó para perdonar a sus adversarios, agradecer a sus contrincantes electorales (los que luego decidieron apoyarle), y para explicarle de nuevo su plan para salvar a Argentina. Un emotivo abrazo a sus padres, de quienes renegó tenerlos como tales y dijo “para mí están muertos”, la altura con las que respondió a las felicitaciones de Lula, el Papa, el argentino Giorgio Bergoglio, su coterráneo. También tuvo una actitud gentil hacia China.

El hoy presidente electo, Javier Gerardo Milei, nacido y criado en el barrio de Palermo, de la provincia de Buenos Aires, formado en la Universidad Torcuato Di Tella, Universidad de Belgrano y el Instituto de Desarrollo Económico y Social, diputado de la nación Argentina desde 2021, líder indiscutible del partido La Libertad Avanza, que ahora se convierte en la “derecha libertaria”, y lo convierte, según las propias palabras de Milei, en un “anarcocapitalista”, tanto en la teoría como en la práctica (de ahí sus fuertes insultos a sus rivales, su lenguaje soez y formas agresivas a la hora de expresarse en los debates sus ideales y postulados), ha logrado conjurar, quizás, la mayor lección política de la Argentina, después de 40 años de supuesta democracia: la caída del peronismo, y con ellos ha arruinado las carreras políticas de Cristina, de Massa, de todos los que hoy vivieron en la trasnochada ilusión legada por Juan Domingo Perón y María Eva Duarte (Eva Perón).

Aquella idílica expresión que reza así: “todos somos peronistas”.