LeBron James, Chris Paul y Kyle Lowry representan un club que nunca antes había existido en la historia de la NBA, tres jugadores que alcanzan, de forma simultánea, las dos décadas de trayectoria en la liga.
En la temporada 2025-26, LeBron James hará historia una vez más al convertirse en el primer jugador en disputar 23 temporadas en la NBA. Chris Paul, por su parte, cumplirá su campaña número 21, mientras que Lowry alcanzará la 20. Nadie en la liga hoy —y muy pocos en sus 80 años de historia— puede presumir semejante longevidad.
Una pasión que no envejece
“El amor por el juego sigue siendo grande. Pero el amor por el proceso es aún mayor”, confesó James. “Eso es lo que me sigue motivando a jugar. Es así de simple”.
Aunque la fórmula parezca sencilla, mantenerse en la élite después de tanto tiempo es todo menos fácil. A estas alturas de sus carreras, seguir siendo competitivos es algo prácticamente inaudito.
Parte de ese secreto está en la inversión: entre los tres han ganado más de 1.200 millones de dólares en salarios, y buena parte de ello se ha destinado a cuidados personales y programas individualizados de alto rendimiento. Cuidar el cuerpo, en sus casos, es una prioridad total.
El régimen físico de James es legendario, aunque no infalible: debido a una ciática, se perderá el inicio de la temporada con los Lakers y aún no tiene fecha de regreso confirmada para comenzar su histórico año 23.
Veteranos de guerra
Kyle Lowry, desde que la NBA comenzó a registrar las estadísticas modernas, es el líder histórico en "pases recibidos", lo que, en otras palabras, implica que probablemente ha sido el jugador con más caídas fuertes en la cancha. Su estilo aguerrido, más allá de las lesiones, lo ha mantenido como un referente de entrega y liderazgo.
Chris Paul, por su parte, hizo historia la temporada pasada con San Antonio: fue el primer jugador en disputar los 82 partidos en su vigésima campaña, siendo además titular en todos ellos. Este verano regresó a los Clippers con una nueva misión.
“Siempre he creído en la importancia de acumular días, de estar presente todos los días”, dijo Paul. “Mi rol en este equipo claramente es distinto al de los últimos 20 años, pero poder mostrarles a los jóvenes lo que significa presentarse, entrenar y rendir, me emociona”.
El legado, más vivo que nunca
Más allá de los logros individuales, lo que une a James, Paul y Lowry es una pasión inquebrantable por el baloncesto. Forman parte de una generación que ha evolucionado con la liga, y ahora, con 20 años de carrera sobre sus hombros, siguen abriendo camino para los que vienen detrás.
La NBA nunca ha visto algo así: tres leyendas activas que, en lugar de retirarse, deciden seguir sumando capítulos a una historia ya extraordinaria.
