Lealtad con uno y los demás

Lealtad con uno y los demás

Lealtad con uno y los demás

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Definir nuestras metas y lo que realmente deseamos lograr en lo personal y profesional es el primer paso en el camino de lealtad que debemos asumir con nosotros mismos, a lo largo de nuestras vidas.

Cuando elegimos esos valores que regirán nuestro accionar debemos entender que estos se trabajan día con día y que, tal vez, muchas veces los traicionaremos, ya sea en contra de nosotros como de otras personas, porque no somos infalibles y, como seres humanos, podemos equivocarnos. Sin embargo, el problema es hacer un hábito mentirnos y mentir a los demás.

Decimos que somos leales a nosotros mismos y que estamos comprometidos con nuestro crecimiento, pero no practicamos la auto evaluación ni ponemos bajo lupa nuestro accionar para detectar esos vicios de construcción y errores para corregirlos y no repetirlos más.

Muchos menos buscamos apoyo por creernos autosuficientes, elegimos mentirnos porque nos duelen las verdades o simplemente no queremos pagar el precio del autodescubrimiento, de ver nuestras heridas internas a la luz de otros ojos, de tomar acción. Te suena eso de ‘la zona de confort’ o esa afirmación lapidaria ‘así soy’.

Por otro lado, decimos que somos leales a otros, pero, ¿cómo lo podemos ser si nos mentimos y rompemos la confianza depositada? Si buscamos el significado de lealtad encontraremos que “es sinónimo de nobleza, honradez y honestidad, entre otros valores morales y éticos que permiten desarrollar fuertes relaciones sociales y de amistad en donde se crea un vínculo de confianza muy sólido”.

Ser desleales no es el problema, lo es hacerlo una práctica común en el día a día y creer que el problema es del otro y no de uno mismo. Leí por ahí que una persona leal es aquella que no utilizará a la otra persona sólo cuando la necesite ni mucho menos traicionará su confianza.

Una persona que no es leal muestra ciertas actitudes típicas como criticar a las personas con otros o contar los secretos y conversaciones que fueron confiados, tomando atribuciones fuera de los límites de una sana relación.
Con intención o sin ella, estas acciones solo van en perjuicio de quién las comete. Recuerda que todos nosotros, sin excepciones, debemos trabajar día con día nuestra mejor versión.



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