Le ponen pilas, o se desploma

Le ponen pilas, o se desploma

Le ponen pilas, o se desploma

Hugo López Morrobel

El béisbol está registrando desde un buen tiempo cambios que jamás se imaginaron los fundadores de esa disciplina, es más, ni siquiera los que jugaron en la pasada década.

Y es que los propietarios de equipos están conscientes de que por mucho seguimiento que tenga, no es menos cierto que ha ido perdiendo popularidad por diversas razones.

La causa primordial es que de todos los deportes profesionales, el béisbol es’, aunque a usted no le agrade, el más aburrido por la cantidad de tiempo que se emplea en un partido.

No es vano, reciente se publicó un estudio donde la población en ubicada en el rango entre nueve y 26 años, se inclinaban más por el boxeo que por el béisbol.

Esa realidad está ahí, y por mucho que se quiera pasar por alto, tiene un peso específico al momento se mover la coctelera para hacer más fluido ese deporte.

No se puede negar que trabajando en ese sentido, pero al mismo tiempo, sus seguidores tradicionales interpretan estos cambios como una “desvirtualización” del juego, como es poner en segunda a un corredor cuando el partido se va a entradas extras, por solo citar un caso.

Incluso, se estudia, ya se está aplicando en ligas menores, colocar un aparato electrónico al pícher y al receptor, para que las señas sobre los lanzamientos que desean hacerle al bateador, se haga única y exclusivamente mediante mensajes por ese dispositivo.

Les guste o no a los fanáticos esa serie de cambios, para muchos radicales, la realidad es que el béisbol está compelido a introducir cambios en muchísimos aspectos del juego para no seguir estrechando su seguimiento.
Si no se adaptan medidas “revolucionarias”, el destino del béisbol irá en decadencia.