SANTO DOMINGO.-Haití y República Dominicana analizan obstáculos en la regularización de miles de haitianos que viven sin permiso legal en territorio dominicano debido a que carecen de documentos de identidad de su país.
Documentar a los migrantes “no es un trabajo fácil”, reconoció el jueves el primer ministro haitiano Laurent Lamothe al comienzo de la reunión que se celebra en Juan Dolio, a unos 70 kilómetros al oriente de Santo Domingo.
Ramón Fadul, ministro de Interior dominicano, detalló antes del encuentro que los delegados evaluarán los avances de acuerdos alcanzados en las citas anteriores en materia de migración, comercio, turismo, medio ambiente, salud y seguridad.
Adelantó la posibilidad de incluir nuevos temas en la mesa de diálogo y analizar la situación del programa para regularizar el estatus de los miles de inmigrantes haitianos, quienes no han podido comenzar su registro debido a que no cuentan con ningún tipo de documento de identidad emitido por Haití.
Desde que el gobierno dominicano abrió el proceso de regularización el 2 de junio, más de 80.000 inmigrantes han acudido a inscribirse para comenzar el proceso, pero de ellos sólo unos 20.000 cuentan con algún tipo de documento de identidad y sólo 300 han reunido todos los requisitos, detalló Fadul.
En las reuniones de enero y febrero el gobierno haitiano se comprometió a documentar a toda su población sin permiso migratorio a fin de que el gobierno dominicano pudiese dar permisos temporales o iniciar el proceso para la residencia legal, pero aún no ha comenzado.
El gobierno dominicano se había comprometido a poner en marcha el proceso de regularización y a diseñar a más tardar en febrero una solución para los miles de descendientes de inmigrantes haitianos que serían despojados de la nacionalidad dominicana debido a un reciente fallo del Tribunal Constitucional.
El encuentro de este jueves se realiza cuando ya el Congreso dominicano aprobó una ley pare revalidar la nacionalidad a los descendientes de haitianos.
Las relaciones entre ambas naciones sufrieron en 2013 uno de sus momentos más tensos cuando Haití prohibió la importación varios productos dominicanos y el Tribunal Constitucional de República Dominicana ordenó anular la nacionalidad de todos los hijos de inmigrantes sin residencia legal desde 1929, en su mayoría descendientes de haitianos.
