París.- La actriz francesa Jeanne Moreau, una mujer fatal de voz ronca que protagonizó el triángulo amoroso de François Truffaut «Jules et Jim», y que durante sus siete décadas de carrera trabajó con algunos de los directores más aclamados del mundo, falleció.
Tenía 89 años. Franca, provocadora y activa en la pantalla hasta entrados sus 80, Moreau fue una de las actrices más reconocidas de Francia.
Los homenajes llovieron a raudales el lunes para una mujer descrita por el presidente francés como una representante inigualable de su arte.
El presidente Emmanuel Macron celebró a Moreau por ir más allá de sus primeros papeles de sirena de la pantalla para probar otros géneros, desde la comedia hasta las películas de acción.
«Esa era su libertad … siempre rebelde contra el orden establecido», dijo Macron en un comunicado. «(Tenía) un brillo en los ojos que desafiaba lo reverente y era una invitación a la insolencia, a la libertad, a este torbellino vital que tanto amaba, y que nos hizo amar a nosotros».
La oficina de la presidencia y el agente de Moreau anunciaron el lunes su deceso sin proporcionar detalles. Moreau, alguna vez una de las actrices más populares del mundo, estuvo entre los símbolos de la Nueva Ola francesa.
En un periodo de ocho años, de 1959 a 1967, trabajó con directores que incluyeron a Orson Welles, Luis Buñuel, Louis Malle y Truffaut.
Uno de sus papeles más conocidos fue el de Catherine en «Jules et Jim» (1962), en el que dos amigos competían por su amor.
Moreau nació en París el 23 de enero de 1928 de padre francés y madre inglesa, que bailaba en el Folies-Bergere. Rodó su primer filme en 1949 y en el 2015 trabajó en el último: una comedia francesa titulada «Le talent de mes amis».
Alcanzó la fama con «Les Amants» de Malle, una versión moderna de «Madame Bovary» sobre una esposa aburrida que se fuga con un extraño, y que incluye una escena tan erótica para la época que el gobierno francés casi la prohibió.
Entre sus títulos más notables se incluyen «La novia vestía de negro» (1968) de Truffaut, y «Diario de una camarera» (1965) de Buñuel.
También actuó en películas de Peter Brooks, Wim Wenders y otros directores internacionales, tuvo una breve aparición en el éxito «La Femme Nikita» e hizo una narración para para «El amante».
Por su impactante belleza y sus personajes impulsivos, algunos la llamaban la Bette Davis francesa. Moreau a menudo interpretaba a mujeres con experiencia, y fuera de la pantalla tuvo tantos amantes que una vez alardeó en una entrevista que quería construir una casa y llenarla con sus hombres favoritos.
Su atractivo era tal que en 1995 se ganó un inusual elogió de la actriz Vanessa Redgrave, cuyo esposo una vez tuvo un romance con Moreau.
«Cualquier hombre que no amara a Jeanne Moreau tenía que ser ciego y sordo. … Yo, del mismo género femenino, siento la misma admiración y asombro y respeto», dijo Redgrave.
A lo largo de su carrera, Moreau actuó en más de 100 películas, grabó álbumes, recibió un Oscar honorario en 1998 y galardones del cine y el teatro francés, y presidió el jurado del Festival de Cine de Cannes en dos ocasiones.
Tras un periodo de calma en las décadas de 1970 y 1980, su carrera volvió a florecer. En 1949 tuvo un hijo, Jerome, de su primer matrimonio con Jean-Louis Richard.
En una entrevista en el 2012, dijo a Madame Figaro: «Tuve un hijo. No lo quería. Sé que eso escandaliza a muchas mujeres, pero no soy maternal».
La franqueza de Moreau la hizo más real para muchos seguidores. En los 70 estuvo brevemente casada con el ganador del Oscar William Friedkin, director de clásicos como «Contacto en Francia» y «El exorcista».
También tuvo una relación de cinco años con el diseñador de modas Pierre Cardin, que ambos describieron como «verdadero amor» aunque nunca se casaron.
En una entrevista en 1994 con The Associated Press en la que habló de envejecer recordó el momento en el que descubrió su primera arruga cuando se acercaba a los 40. «Como por una semana, de pronto, tuve una verdadera sensación de deterioro.
De eso se trata la vida», dijo. Pero después de un tiempo, continuó, «la voz interna me dijo, ’Bueno, ¿y qué? ¿Piensas que eres excepcional? Como cualquier persona morirás. Así que, ¿qué es lo que importa: el camino que vas a seguir o una maldita arruga?’.
Bueno, OK, la voz tiene razón: sigamos adelante». Y condenaba a quienes se aferraban al pasado: «Por suerte, mi naturaleza es … ir hacia adelante, arriesgarme.
Eso significa que a veces me paralizo del miedo», decía. Su familia realizará un funeral privado en París en los próximos días, según el agente de Moreau, mientras que en septiembre se hará una ceremonia pública en su memoria con grandes figuras de la cultura francesa.