Nueva Orleans.- Laura se convirtió en huracán el martes por la mañana, poco después de entrar a las cálidas y profundas aguas del Golfo de México, cobrando fuerza rumbo a la costa de Estados Unidos y con el potencial de hacer subir la marea y anegar poblaciones enteras.
El Centro Nacional de Huracanes proyectó el martes por la mañana que Laura se convertirá en huracán de categoría 3 antes de que su ojo toque tierra, con vientos de alrededor de 185 km/h (115 mph), capaces de causar daños devastadores, independientemente de los daños que puedan causar las marejadas ciclónicas.
“Esta tormenta se intensificará hasta que toque tierra… Queremos que se preparen como si fuera a ser de categoría 3”, dijo Donald Jones, meteorólogo de la oficina del Servicio Meteorológico Nacional en Lake Charles, Luisiana.
El investigador de huracanes de la Universidad de Miami, Brian McNoldy, opinó que Laura tiene “la posibilidad bastante segura de alcanzar una categoría 3 o 4, no necesariamente al tocar tierra, al menos durante su vida en el Golfo”.
Laura pasó por Cuba como tormenta tropical después de provocar al menos 11 muertes en República Dominicana y Haití, donde causó apagones e inundaciones en las dos naciones que comparten la isla de La Española.
Según los informes, las muertes incluyeron a una niña de 10 años en cuya casa cayó un árbol y una madre y un hijo pequeño que fueron aplastados por una pared que se derrumbó.
Ahora los meteorólogos están dirigiendo su atención a la costa sur de Estados Unidos, donde una elevación de 3,4 metros (hasta 11 pies) de agua de mar, la llamada marejada ciclónica, podría inundar la costa desde High Island en Texas hasta Morgan City, Luisiana, informó el centro de huracanes.
Además de eso, hasta 38 centímetros (15 pulgadas) de lluvia podrían caer en algunos lugares de Luisiana, dijo Jones.
Laura tenía vientos máximos sostenidos de 100 km/h (65 mph) el martes por la mañana después de pasar entre el extremo occidental de Cuba y la península mexicana de Yucatán.
El vórtice del meteoro estaba a 1.095 km (680 millas) al sureste de Lake Charles, en Luisiana, y se movía a 28 km/h (17 mph).