El viernes 10 de enero Nicolás Maduro fue juramentado por tercera vez como presidente de Venezuela, en medio del repudio de organizaciones y países de la región que cuestionan la legitimidad de su triunfo en las elecciones del pasado 28 de julio, que según el Consejo Nacional Electoral (CNE) ganó a Edmundo González Urrutia con 6, 408, 844 votos, un 51.95 por ciento de los sufragios.
República Dominicana, Costa Rica, Ecuador y Panamá, que conforman la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD), rechazaron la nueva investidura presidencial de Maduro, y la calificaron como ilegítima y producto de «un fraude electoral impuesto a través del terror de Estado contra el pueblo venezolano».
En un comunicado conjunto emitido este sábado, la ADD insistió en que “existe evidencia” de que el electorado venezolano “votó pacífica y masivamente a favor de Edmundo González Urrutia”, el candidato de la mayoría opositora que se enfrentó al heredero de Hugo Chávez, quien falleció el 05 de marzo del 2013.
La Alianza recordó que “la oposición, liderada por González y María Corina Machado, dio a conocer más del 80 % de las actas, obtenidas el mismo día de la votación, que certifican la victoria de González Urrutia”, si bien estas no son aceptadas como válidas por el chavismo.
“Dichas actas fueron verificadas como auténticas y originales por el Centro Carter, único observador internacional imparcial que pudo estar presente durante dichas elecciones”, señalaron los cuatro países sobre el organismo con sede en Atlanta (Estados Unidos), que desplegó una misión de observación junto a otros organismos como Naciones Unidas.
La ADD consideró también que en Venezuela ha habido “múltiples acciones fraudulentas perpetradas por el régimen con el objetivo de mantener a Nicolás Maduro” y que estas “contravienen la Declaración Universal de Derechos Humanos”, entre otros instrumentos internacionales de derecho internacional como la Carta Democrática Interamericana.
No lo reconocen
Perú y Paraguay, también negaron la legitimidad de la toma de posesión de Nicolás Maduro, que ayer juró como presidente de Venezuela, en un acto al que no enviaron representantes, pero sí estuvieron presentes los mandatarios de Cuba y Nicaragua.
Chile y Guatemala tampoco lo reconocen, y el presidente de este último, Bernardo Arévalo, considera que «el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro ha demostrado su falta de voluntad para el diálogo, por lo que exige el cese inmediato de la usurpación».
Organismos
La Unión Europea (UE) también defendió que Nicolás Maduro carece de “la legitimidad” de un mandatario “democráticamente elegido”.
“Las autoridades venezolanas perdieron una oportunidad clave de respetar la voluntad del pueblo y asegurar una transición democrática transparente con garantías para todos. Nicolás Maduro, por tanto, carece de la legitimidad de un presidente democráticamente elegido”, declaró la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, en un comunicado en nombre de los Veintisiete.
Asimismo, el Secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, reiteró su respaldo a González Urrutia.
“Si la democracia se respetara Edmundo hoy sería juramentado como presidente de Venezuela”, indicó Almagro.
Nicolás Maduro tiene más de 10 años al frente del Estado venezolano, al que llegó tras la muerte de Hugo Chávez. Su tercer mandato está previsto a terminar en el 2031.