Esta es una de las pocas lagunas que todavía conserva algo de agua en la zona, mientras las tierras lucen como si fueran desiertos. Elieser Tapia
MONTECRISTI.-Aunque suena como una poesía, y quizá jocoso para algunos, esa es la dura realidad que están enfrentando los ganaderos de las provincias de la Línea Noroeste, quienes desesperadamente están haciendo todo lo que sea necesario para mantener con vida a sus animales.
Mirar desde fuera la problemática que está causando la sequía en esa zona es diferente a conocer de cerca lo que allí ocurre.
Reporteros de EL DÍA recorrieron junto a ganaderos algunas de las fincas donde tienen el ganado, y fueron testigos de la tristeza que embarga a hombres y mujeres cuando hablan de lo que han estado viviendo hace varios meses por la falta de lluvia.
“Si aquí no llueve pronto la gente se va a caer muerta”, fue la expresión de Agustín Guzmán, un ganadero con más de seiscientas reses, las que ha tenido que distribuir en diferentes propiedades para mitigar la falta de agua y comida.
Guzmán narró a EL DÍA que diariamente gasta entre diez y doce mil pesos para adquirir alimentos y agua, porque sus fincas, como todas, están llenas de polvo debido a la prolongada sequía que tiene casi un año.
Solo en la compra de agua su presupuesto diario es de tres mil pesos, mientras que en gallinaza, afrecho y otros suplementos gasta la otra parte de los recursos mencionados.
Pero a pesar de esos esfuerzos sus vacas no dejan de morir, y se han muerto más de sesenta, lo que incrementa la pérdida millonaria que ha tenido en los últimos meses. En las fincas de este ganadero por cualquier equina se observan restos de vacas muertas y otras languideciendo.
“Lo que el ministro de Agricultura ha dicho de esta situación ha quedado corto con lo que aquí está pasando”, aseguró.
La producción de leche en las haciendas de Guzmán se ha reducido considerablemente en un 80 por ciento en estos momentos.
“Imagínese usted, esas vacas están tan flacas que ponerse a ordeñarlas sería desangrarlas”, dijo con un tono de voz que inspira tristeza.
Esa misma situación de calamidad es la que viven otros ganaderos, como Rafael Guzmán (padre de Agustín), quien a sus 83 años es el de mayor edad del distrito municipal Villa Elisa, Montecristi.
Este hombre, con notable preocupación, señaló que toda su vida se ha dedicado a esa actividad y nunca había visto lo que se está viviendo con la actual sequía.
“Nací entre las vacas y me voy a morir sin ellas si esto sigue así”, lamentó Rafael Guzmán, en cuyas extensas fincas, con cientos de reses enflaqueciendo, se puede observar animales muertos, lagunas y árboles secos, así como un suelo con apariencia de un desierto.
EL DÍA también visitó fincas en Laguna Salada, en la provincia Valverde, y allí la gente está con el grito al cielo, mientras las vacas no tienen nada de comer en el suelo.
En esa zona los ganaderos también hacen “de tripas corazón” para hacer sobrevivir sus animales, como Manuel Noesís, quien tiene que desplazarse todos los días en una camioneta en busca de pasto para que sus reses puedan comer, mientras el agua la adquiere diariamente de camiones vendedores.
En toda la zona la gente tiene que trasladarse kilómetros para conseguir agua, debido a que los canales, ríos y lagunas están secos y en condiciones mínimas.
A pesar de que la sequía afecta a provincias de las diferentes regiones del país, Montecristi es una de las que mayor daño ha sufrido.
La crisis azota
—1— Alimentación
Las vacas son alimentadas con gallinaza, afrecho y paca, que deben comprar.
—2— Escasez
La melaza, que también se utiliza para alimentar las vacas, ha escaseado.
—3— La peor sequía
La sequía es considerada como la más larga de los últimos años.
Ayuda del Gobierno no ha llegado para todos
Auxilio. A los ganaderos de Villa Elisa y Villa Lobo les preocupa que con la actual situación no han recibido ayuda de las autoridades, y a pesar de que el ministro de Agricultura ha anunciado algunos planes para auxiliarlos, afirman que a ellos no les ha llegado nada.
Otros lamentan que las ayudas (caña, melaza, agua y otros alimentos) solo se las entregan a los ganaderos que pertenecen a asociaciones y a los que además son dirigentes políticos.
Expresaron que hace varios meses el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), Olgo Fernández, se comprometió a colaborar con la limpieza de noventa lagunas, pero nada ha hecho todavía.