Hace unos meses, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó una serie de documentales titulados “La peor novela”, denunciando la asqueante situación de las adolescentes víctimas de las uniones tempranas en República Dominicana.
Muchos se rasgaron las vestiduras negando el hecho, pero la realidad está en nuestras narices. Lo vemos en las domésticas, las madres solteras, las adolescentes embarazadas y en las jóvenes nini (ni estudian ni trabajan).
El matrimonio infantil existe porque se tolera cultural y legalmente. Unicef sigue abogando por su fin por 10+1 razones:
1. Las niñas y adolescentes no están preparadas para tomar decisiones libres e informadas.
2. Tienen menos herramientas para oponerse a decisiones a las que son empujadas por su entorno.
3. La excusa de los padres para casar a las adolescentes es la supuesta vergüenza para la familia que supone un embarazo a destiempo.
4. La legislación vigente tolera el abuso sexual de un adulto si la adolescente es cinco o más años menor.
5. Se acepta el argumento de que los matrimonios legales entre niñas, niños y adolescentes son muy pocos y que la gran mayoría son uniones informales.
6. La tendencia en América Latina es la eliminación de leyes que erradiquen el matrimonio infantil. El país no puede ser la excepción.
7. Las niñas y adolescentes víctimas del matrimonio infantil y las uniones tempranas son más vulnerables a la violencia física, sicológica y sexual.
8. El embarazo en adolescentes es la peor consecuencia del matrimonio infantil y de las uniones tempranas.
9. El matrimonio infantil obliga a las niñas y adolescentes a desertar de la escuela y las condena a obtener empleos de menor calidad.
10. La pobreza nacional se asocia al matrimonio infantil. Si no existiera esta vergüenza, tendríamos menos pobres.
11. Los niveles de matrimonio infantil y de uniones tempranas en el país están entre los más altos de la región. Un 36% de las mujeres entre 20 y 24 años y un 12% se casa antes de los 15 años.
Si queremos proteger los derechos de las niñas y adolescentes, lograr la igualdad de género y reducir la miseria, no hay más camino que acabar con el matrimonio infantil.