El narcotráfico se ha constituido en el dolor de cabeza de las sociedades pobres y en vía de desarrollo como la República Dominicana, ya que trae secuelas insospechadas, creciendo de forma exponencial y trastornando la paz que brinda la media isla de oriente.
Homicidio, lavados de activos, destrucción de familias, crimen organizado, sicariato, son parte de las secuelas dejadas por este flagelo.
Existe la percepción de que los deportivos, sinónimo de deportados en el uso de la lengua interna en dominicana, son parte de la causa del auge del narcotráfico en el país, así como la complicidad de las autoridades en algunos casos.
En días pasado, el gobierno de Estados Unidos deportó recientemente a un grupo de 99 dominicanos más que cumplieron condenas en cárceles de esa nación acusados de narcotráfico, homicidio y otros delitos.
De acuerdo a los expedientes de los deportados, los mismos cumplieron condenas por tráfico de drogas, crímenes, asaltos, secuestro, incendios premeditados, falsificación de escrituras federales y otros delitos menores durante su permanencia en territorio norteamericano.
Con este grupo, se elevó a 628 ex convictos dominicanos repatriados de suelo estadounidense.
La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) apresó a un puertorriqueño por intentar sacar 22 paquetes presumiblemente de cocaína o heroína, en el interior de un carro en el Ferry que viaja entre santo Domingo y Puerto Rico.
Recientemente la Policía Nacional apresó a un regidor de Jimaní del PRD por supuestamente dirigir una red de narcotráfico que fue desmantelada, que se dedicaba a traficar drogas desde Haití para distribuirla en la Capital y la provincia de Santo Domingo
Destrucción familiar, sucesos fatídicos
En un hecho nefasto, según versión de la Policía Nacional, un hombre y un menor de tres años fueron asesinados en el sector de Guachupitas y las investigaciones preliminares arrojaron que el hoy occiso había regresado de Chile donde habría dejado deudas de drogas y fue mandado a ejecutar a manos de David Alburquerque García (La Volanta), delincuente reconocido con amplio historial delictivo.
Otro suceso infortunado fue el caso de los hermanos López Méndez de Moca, que según la Policía Nacional eran usados como «transporte de seguro» de drogas y que lo hacían por cuenta propia sin pertenecer a una banda en particular.
Estos jóvenes, que fueron abatidos a tiros en un alegado enfrentamiento por el cuerpo del orden, eran hijos de una sicóloga escolar y un agricultor.
Es lamentable como jóvenes y familias se frustran al permitir la introducción de elementos nocivos a su desarrollo, como afirmó el arzobispo saliente metropolitano de Santiago de los Caballeros, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, que las muertes de los hermanos López-Méndez debe servir para que la sociedad reflexione profundamente sobre las problemáticas que afectan a las familias.
Profundidades del narco
El narconegocio ha llegado tan lejos, que en el país los casinos, financieras, dealers de vehículos y construcción de grandes torres de apartamentos son los principales medios usados para lavar o blanquear dinero proveniente del narcotráfico.
Las autoridades han afirmado que los narcotraficantes logran lavar el 90% del dinero que obtienen fruto de la venta de drogas.
Caso DICAN
Los que están llamados a perseguir los negocios turbios y malas conductas de ciudadanos, son los primeros en pertenecer a quienes infringen las normas que convergen una sociedad para un adecuado desenvolvimiento social.
El caso DICAN es un mal ejemplo y un hecho ominoso, donde hasta ahora un total de nueve agentes policiales están vinculados a la sustracción o hurto de 950 kilos de cocaína y acusados de violación a las leyes de tráfico nacional e internacional de drogas, lavado de activos provenientes del narcotráfico, asociación de malhechores, enriquecimiento ilícito, falsificación de documentos.
Esto ocurrió en el sector Ensanche Isabelita II, Santo Domingo Este, donde también están implicados los fiscales Máximo Antonio Díaz Ogando y Ramón Augusto Veras Castro. La mayoría se encuentra en prisión preventiva.
Tras este caso, Yeni Berenice Reynoso, fiscal del Distrito Nacional, afirmó que en el último año, es decir, los últimos 12 meses, observó que en el 90% de los casos de «narcotráfico a gran escala, sicariato, de crimen organizado, hay policías y militares» involucrados, lo que le preocupa.
“Los que están llamados a perseguir los negocios turbios y malas conductas de ciudadanos, son los primeros en pertenecer a quienes infringen las normas que convergen una sociedad para un adecuado desenvolvimiento social.” |
Estos casos evidencia el mal que ha ocasionado el flagelo del narcotráfico, que día a día empeora la situación de normalidad de una sociedad que intenta proseguir el camino del progreso, a pesar de las actuaciones a medias de sus autoridades.
¿Qué se está haciendo? ¿Qué se hará? Son las preguntas a contestar.