Se puede definir de manera sucinta que las tasas de interés reflejan el costo del dinero. Esto es, cuánto nos cuesta tomar dinero prestado o que se nos paga por depositar nuestro dinero en una institución de intermediación financiera autorizada.
En principio dicho valor es determinado por la percepción del riesgo implícito en estas transacciones, así como también las condiciones prevalecientes en el mercado.
El factor de mayor incidencia en la determinación de las condiciones del mercado usualmente es la tasa de referencia de los bancos centrales de cada país.
Ello así puesto que se considera que la entidad del menor riesgo crediticio en cada país es precisamente su banco central. Dicha tasa de referencia es la tasa básica que cobra la entidad de regulación monetaria por prestar su dinero, como parte de su política monetaria.
Recientemente estamos viendo cómo diferentes bancos centrales están elevando dicha tasa. La Reserva Federal Norteamericana (banco central de los EE. UU.) aumentó su tasa en medio punto porcentual, su mayor aumento individual en las últimas dos décadas.
En adición, ha anunciado un programa de reducción de sus tenencias en Bonos del Tesoro por unos US$95 mil millones mensualmente.
Esas medidas tienen como objetivo reducir la liquidez global de su economía como medida de respuesta a las crecientes presiones inflacionarias.
En República Dominicana nuestro Banco Central ha venido disponiendo de medidas similares, al registra en marzo un aumento de su tasa de interés de política monetaria del 5 % al 5.5 %. Dicho aumento fue motivado por “la mayor persistencia de las presiones inflacionarias y del aumento en la incertidumbre internacional derivada de los recientes conflictos geopolíticos”.
En otras palabras, también para responder a los crecientes aumentos de precios.
El resultado final de estas mediadas será que veremos aumentos en las tasas de interés, tanto para préstamos como depósitos. Ello nos lleva al cuestionamiento del conflicto eterno: ¿deben diferenciarse las tasas de interés de los préstamos entre actividades productivas, y las comerciales y de consumo? Todo indica que esto no volverá a suceder como en décadas pasadas.