Las siete “R” de consumidor ecológico

Santo Domingo.-Los mayores impactos ambientales que están ocurriendo en la naturaleza obedecen a la falta de conciencia de la gente, fenómeno que genera graves daños a la serie ecosistemática que conforma el planeta, como son los recursos costeros marinos.

De ahí, que el consumidor ecológico no está de moda como se cree. Es una persona grande o chica,   educada en el hogar y escuela, con una conciencia clara sobre lo beneficioso que son  los recursos naturales,  tratados adecuadamente.

Ambas ideas son  de Ana Marys Pérez y Ramona Checo, analista y, encargada del área de Cultura, respectivamente, de la Dirección de Educación del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quienes estigmatizan  “Las siete R  del consumidor ecológico”.

Esta reflexión equivale a pensar con responsabilidad económica, ambiental y social a la hora de comprar cualquier artículo o servicio.

Significado de las “R”

La primera de estas letras es  “Reflexionar” sobre lo que a uno le hace falta en su casa cuando va a adquirir algo.

Se trata de que se observe si  en esa mercancía no hay componentes que dañen el ambiente, si los envases pueden ser  reutilizados, si  mitigan los impactos o va en desmedro de su economía y, por ende,   ayudan al entorno y la  salud.

La siguiente es  “Rechazar”   las fundas plásticas y  pedir a los proveedores que promuevan empaques fáciles   de degradar.

La tercer es “Reducir” la  compra  de vestimentas, zapatos y otras prendas que pueden ser reparadas, ya que las mismas tienen sus orígenes en texturas de plantas como el algodón, que toma años para su reproducción, igual las pieles de animales.

Otra enseñanza es “Reutilizar” los artículos y objetos cuando su vida útil no da los resultados esperados en determinadas funciones, eso agrega valores ecológicos y ambientales.

Continuamos con “Reciclar”, que es cuando  un producto se   transforma,  a  través de un proceso químico,  en otro artículo de impor tancia comercial, como sucede con el vidrio.

“Redistribuir” quiere decir poner  en marcha valores y sentido de la solidaridad, repartiendo y aportando a otros que necesitan parte de lo que se tiene y  ya no   es de utilidad”,  refiere  Marys Pérez.

De esta forma se  transmite a otras personas y familias beneficios, de los que surgen gestos de afectos y agradecimiento, creando conciencia de lo que se debe “Reclamar”. Esta última “R”  quiere decir que debemos  ir en defensa plena de  la naturaleza.