Bloomberg News.–Las ruedas del poder de Rusia están a punto de quedar paralizadas.
Es la evaluación de cinco funcionarios allegados al presidente Vladimir Putin, para quienes una lucha en el corazón de su círculo íntimo está frenando la toma de decisiones en tanto las sanciones restringen la economía.
Con Putin concentrado en la política exterior, las facciones rivales se pelean por una mayor influencia, dijeron las personas, que se negaron a ser identificadas hablando de problemas internos.
Un grupo, centrado en el primer ministro Dmitry Medvedev, está preocupado por el aislamiento cada vez mayor de Rusia del sistema financiero global, dijeron los funcionarios.
El otro, que incluye a directivos de empresas estatales como Igor Sechin de OAO Rosneft y veteranos de los servicios de seguridad, favorece un mayor control estatal sobre la economía, dijeron.
La elite gobernante rusa está convulsionada debido a que la economía se encamina hacia una recesión, el rublo flota cercano a un mínimo récord y el conflicto en Ucrania empuja cada vez más al país a un enfrentamiento con los Estados Unidos y sus aliados.
Dado que el petróleo, la mayor exportación de Rusia, se encuentra en un mínimo en 27 meses y los bancos recurren cada vez más al Estado en busca de financiación, el dinero alcanza menos.
“El prolongado conflicto entre los bandos rivales favorables a Putin se ha elevado al nivel de una guerra”, dijo Stanislav Belkovsky, asesor del Kremlin durante el primer mandato de Putin que dirige el Instituto de Estrategia Nacional en Moscú. “La elite se pelea por una reserva de activos que se contrae”.
El portavoz del presidente, Dmitry Peskov, dijo que las disputas entre los funcionarios no afectan la eficiencia del gobierno y que es “falso” decir que Putin está demasiado ocupado para atender los problemas económicos urgentes.
“Siempre ha habido disputas”, dijo Peskov por teléfono. “Hay y habrá disputas. Pero decir que hay una intensificación es totalmente erróneo”.
La pelea entre los grupos rivales se ve incrementada por el arresto del mega-millonario Vladimir Evtushenkov y por la campaña legal de los fiscales tendente a nacionalizar su compañía petrolera, OAO Bashneft, según los funcionarios.
Evtushenkov, que está confinado en su mansión moscovita desde el 16 de septiembre debido a acusaciones de lavado de dinero, está estrechamente alineado con Medvedev y sus aliados, según las personas.
Están enfrentados con los “siloviki”, un grupo de poderosos diseñadores de la política que incluye a hombres como el jefe de gabinete de Putin, Sergei Ivanov, que comparten un pasado en los servicios de seguridad y trabajan con el presidente desde hace décadas.
Evtushenkov, cuya OAO AFK Sistema tiene participaciones en empresas que van desde Bashneft hasta el operador de celulares OAO Mobile TeleSystems, es el ruso más rico que enfrenta cargos penales desde Mikhail Khodorkovsky.
Ese juicio desembocó en más de 10 años de cárcel y el desmantelamiento de su Yukos Oil Co., que llegó a tener un valor de mercado superior a US$36.000 millones.
“Medvedev perderá esta batalla y Bashneft seguirá el camino de Yukos”, dijo Belkovsky.
Los problemas legales de Evtushenkov ponen en evidencia lo perjudicial que puede ser el conflicto dentro de la estructura de poder para el bando perdedor, dijo Olga Kryshtanovskaya, socióloga que estudia la elite del país en la Academia de Ciencias rusa. Su fortuna cayó más del 70 por ciento desde comienzos del año hasta US$2,900 millones, según el Bloomberg Billionaires Index.