Nadie entiende, y su usted sabe me lo explica, cómo es posible que tantas instalaciones deportivas diseminadas en todo el territorio nacional no estén siendo utilizadas.
Esa situación provoca que se deterioren a la velocidad del rayo, y al mismo tiempo se convierten en verdaderas ruinas.
Muchas de las edificaciones para el montaje de Juegos Nacionales, Centroamericanos y del Caribe y para los Panamericanos, prácticamente han sido abandonadas a su suerte.
La dirigencia deportiva, máxima responsable de que se mantengan en óptimas condiciones, no hablan ni reclaman porque la mayoría está maniatada y no se atreven a emitir ni una crítica sutil.
Por ejemplo, el velódromo, ubicado en el Centro Olímpico, en el mismo corazón de Santo Domingo, es una muestra de lo que está sucediendo.
El Palacio de los Deportes es otro monumento a la ineficiencia , porque por muchos años no han podido o querido determinar qué es lo que hay que hacer, si derribarlo para construir otro o simplemente volver a gastar millones en reparaciones para beneficiar a funcionarios e ingenieros pegados a los diferenres gobiernos.