Las relaciones amorosas son algo difícil de manejar, porque cada uno trae su mochila llena de diferentes características que deben converger en algunos puntos para armonizar esta relación, permitiendo que sea viable.

El amor romántico es un tipo de afectividad un vínculo sentimental que permite un sentimiento placentero hacia otra persona.

Este puede prosperar en la pareja, llegando a madurar y estabilizarse, otras veces se queda en el idealismo primario de la etapa del enamoramiento y se puede convertir en un suplicio para ambos o para uno de los miembros de la pareja.

Cuando las relaciones amorosas evolucionan positivamente, se consolidan constituyéndose en una relación saludable en la que las parejas tienen características específicas, como son el respeto (se respetan los límites emocionales, físicos y sexuales), viven en complicidad y permanente comunicación, su historia juntos se basa en la honestidad y confianza, la responsabilidad y amabilidad con el otro es parte de su día a día.

Algunas relaciones amorosas se quedan en la etapa de romance, en la que existen deseos de conectarse con el otro en términos emocionales y sexuales sin madurez suficiente.

Estas podrían convertirse en relaciones tóxicas, en las que los miembros de la pareja se sienten afectados en su dinámica particular, lo que afecta la dinámica de la pareja en sí misma. Este tipo de relación causa estrés e inconformidad. Este tema lo abordaremos próximamente.

Recordar que el amor es un sentimiento que debe traernos un carga mayor de paz, tranquilidad, alegría y bienestar.