La ensalada de lechuga (nombre científico: Lactuca sativa) es una de las más populares, pero seguramente desconocías que esta planta tan común tiene una propiedad medicinal muy importante: es un sedante natural.
La lechuga y la sexualidad
Experimentos llevados a cabo por la Universidad de California, relacionados con los efectos calmantes de la lechuga y sobre la excitación sexual demostraron que esta produce efectos compensatorios y que estimula la fertilidad.
En la medicina natural el empleo de la lechuga se recomienda para tratar problemas de eyaculación precoz.
La lechuga como planta medicinal
Ya en la Edad Media se conocían las propiedades medicinales de la lechuga. Un herbolario inglés – llamado Culpeper – recomendaba combinar su jugo con aceite de rosas con el propósito de contrarrestar el dolor de cabeza y al mismo tiempo inducir el sueño.
Según este autor, los efectos sedantes de la lechuga se podían comparar con los del opio, pero claro, esta no producía la serie de emociones que despertaba este último.
En el pasado la lechuga se utilizaba para poder tratar el dolor general. Por ejemplo, los soldados romanos la llevaban siempre consigo en sus bolsas para poder soportar el dolor que sufrían luego de combatir con el enemigo.
Más beneficios de la lechuga
Su composición química presenta vitaminas y minerales, aunque su riqueza principal está presente en los alcaloides: hiosciamina, lactucina, ácido lactucico y asparraguina.
Se ha comprobado que la lechuga sirve como terapia de apoyo para el asma y la diabetes y también para tratar la tos nerviosa. Asimismo resulta muy útil para aliviar a personas que están sufriendo dolores crónicos.
¿Cómo se prepara la infusión de lechuga?
Puedes preparar esta sencilla infusión de lechuga para tratar diversas dolencias. Las propiedades de la lechuga se concentran en sus hojas y por eso la infusión de hojas de lechuga tiene varias aplicaciones curativas y usos medicinales.
Ingredientes que necesitas:
1 litro de agua
100 gramos de hojas de lechuga
Elaboración de la infusión:
- Primeramente debes lavar muy bien las hojas de la lechuga porque podría tener tierra o pequeños insectos. Tómate tu tiempo para asegurarte que la has lavado a la perfección. Luego del lavado, corta en pequeños trozos sus hojas.
- El paso siguiente es colocar las hojas en una olla con el litro de agua y colocarlas a hervir durante 15 minutos. Luego de este tiempo, tienes que hacer que la infusión repose por un tiempo de 10 minutos.
- El paso final es colar la infusión preparada para que pueda consumirse. La dosis que debes tener en cuenta es de tres tazas por persona por día (este es el máximo que se puede consumir).
Seguramente, la próxima vez que veas una lechuga recordarás que con ella puedes hacer más que ensaladas. Aprovecha todos los beneficios que aporta esta planta y prueba la infusión anteriormente descrita.
Tomado de Mejor con Salud