DThis Las promesas de que solucionarán los más acuciantes problemas de la población ha sido el arma sin municiones, porque no los resuelven en lo más mínimo, utilizada históricamente en nuestra sociedad, por quienes buscan por todos los medios a su alcance, alzarse con el Hugo López Morrobel y por ende, tener el control del presupuesto nacional, el cual manejan casi siempre administran de acuerdo a los intereses que más les convenga.
Ya con tantos años en esa misma cantaleta de promesas van y promesas vienen sin que se resuelven, la culpabilidad mayor de ese incumplimiento, la tiene la población que siempre se ha dejado embaucar en todos los procesos en que tiene la sartén por el mango, es decir, en los procesos de escogencia de sus máximos representantes.
Esa penosa situación deja huellas en otros estamentos de la sociedad, que observan que ese jueguito también les funciona con bastante éxito, y la mejor muestra de ello es el movimiento deportivo, donde solo trabajan en pro de sus intereses grupales o personales, olvidando las promesas de echarlo adelante.
Una promesa en el marco de cualquier proceso implica un compromiso ineludible, pero la mayoría de quienes la realizan al incumplirlas, se escudan del manoseado argumento de que “no estaban dadas las condiciones”.
Por mucho que se realizan denuncias y se hacen advertencias al respecto, parecería que a nadie o a muy pocos les importa lo que ocurre en ese sector que solo cobra importancia cuando se le puede sacar provecho mediante figureos, aprovechando las actuaciones de los atletas en eventos de importancia.
Si continuamos por ese tortuoso camino, sencillamente hoy, mañana y siempre, seguiremos jodidos hasta la tambora.