Desde hace muchos años se ha venido reclamando más atención para la niñez dominicana que practica deportes, sin embargo, a pesar de que siempre se jura que se materializará ese compromiso en “el menor tiempo posible”, todo queda como simple promesa de campaña, nadie cumple, todo ha sido mentira, en cuya especialidad, se han graduado “magna cum laude”.
Y esos compromisos quedan en el vacío, porque una sociedad que no reclame con firmeza, esas benditas promesas, poniendo por delante el dicho de “promete, promete y promete”, que alguien te creerá y con ello no se pierde nada.
Ese “bulto” para envolver a los demás es una especie de filosofía de los políticos demagogos y oportunistas, no solo al nivel partidista, sino también en las filas de la dirigencia deportiva.
Si bien los dominicanos de alguna forma son “bulteros y aguajeros”, esas dos “condiciones”, la sociedad tiene que exigir que se erradiquen por siempre, porque de esos ya estamos “jartos hasta la tambora”.
Por eso todos esperan que el anuncio que realizó ayer el Comisionado Nacional de Béisbol de Pequeñas Ligas, el expelotero Quilvio Veras, de que los niños que juegan béisbol tendrán seguro médico, transporte y alimentación gratis no sea otro ofrecimiento fallido.
Esa promesa se ha hecho muchas veces, pero como promesa al fin, los niños se han quedado como “perico en la estaca”.
Creo en las buenas intenciones de esta medida dado que los que están envueltos en ella son hombres de palabra, la cual espero que no caiga estrepitosamente en el saco del olvido.
Ahh! sin estadios para esos fines, no se puede avanzar ni un ápice, por lo tanto, que construyan, porque terreno para eso hay de más.