Desprovisto de mis pasados medios productivos, de tiempo (por mi edad) y de salud, recursos invaluables con los que incidir podía en prácticas y políticas de las que voy siendo excluido, tareas útiles y necesarias al desarrollo del país, como las que ahora requieren del surgimiento y agrupamiento de 300 lideresas y líderes políticos, a buscar, con mayor interés que el puesto en localizar las candidatas para el negocio de Miss Mundo, entre aquellos y aquellas convocación política estadual y social; honestamente convencidos de que deben ser relevos de una generación, por lo menos honrada y ejemplar que se debe seguir, como nosotros seguimos a otros que ni corrompieron el poder ni se corrompieron en él, convencidos “los pinos nuevos” de que entrarán a la tierra prometida y nosotros con ellos y el país, decididos a cohesionarse en línea, como núcleo inicial a desarrollarse, en la década de 2020-2030; cuando tras el nuevo periodo de Danilo Medina y equipos, se presentará en el país un vacío ideológico y dirigencial reclamante, en las condiciones geopolíticas a las que ya hemos entrado, que no serán para improvisar, por lo que hay que madrugar o exponernos.
¿Qué nos falta por hacer?. Transferir a estos y estas, nuestro ADN histórico.
Puedo con ayuda de los medios, convocar, como lo hago a esta conjunción de nuevos actores, a instituirse para encarnar al pueblo dominicano en el nuevo proceso de cambios locales y geopolíticos anti-neoliberales, sector actualmente a la ofensiva, estando nuestro país bajo de una dispersión política difusa y reactiva, que deja en ella aislado al propio gobierno de Danilo, que hace los surcos a nuestras esperanzas, en la que se puede perder el poder y su autonomía, achicados por maniobras, manipulaciones y distracciones creadas por la labor y acción de intereses globalizados, como actualmente ocurre en Brasil con Dilma, cuando aquí no tenemos un Partido de los Trabajadores ni un Lula tras del poder, por el contrario.
Sin que pueda hacer otra cosa en víspera de nuestras elecciones, es por lo que pido para Danilo y su nuevo gobierno el mayor número de votos, fortificándolo.
Un mayor número de votos, es una cualificación o valor agregado importante en nuestro proceso, aunque no impide nada localmente.
Electoralmente aquí “la suerte está echada”. Todas las plazas fuertes son de Danilo, excepto una; por rechazo al incumbente.
Sin embargo su oponente es tan frívolo como este y no motiva. Es por lo que allí todo puede suceder. Es una pena que sea así.
En política como en las guerras las plazas fuertes se suelen perder con daños repercutientes que afectan sistemas enteros. Es por lo que se aconseja tacto, prudencia y estar en guardia, alerta.
En los momentos decisivos de la operación o acción, existe en el sistema una tensión psicológica creciente (estrés) en toda la línea y escalonadamente, que parte del prisma en que se sostiene la ofensiva o la defensa recorriéndola entera.
Esta se incrementa según se acerca la hora cero. Cuando por error o fortuitamente esa estructura estresada se rompe en un punto de la línea, se produce una descarga que es como una avalancha de un dique roto.
Un adversario inferior, pero audaz y competente, puede aprovechar la circunstancia y revertir su debilidad. Si no ocurre así, la estrategia dominante terminará exitosamente, prevaleciendo e incrementando su potencia, con la moral y el valor de nuestros soldados y de la nación que defendemos por las nubes hasta derrotar y desarmar al enemigo que entra en una espiral inversa.
El éxito final comenzó temprano, en el entrenamiento, la información, la disciplina, la cohesión del mando en la organización de una logística impecable; conjunto en donde no se improvisa nada, más que para enriquecer.
Bien lo saben los estadistas y los estrategas. Son enseñanzas para aprenderlas quienes convoco a ejercer su vocación en los roles del periodo 2020-2030 comenzando sus entrenamientos políticos ahora. “Manos a la obra”. Me inscribo en la reserva del nuevo proceso.
En el remolino actual, modestamente, contactémonos 30 pioneros, primero.
