Todavía, no salimos del asombro por los ataques terroristas del pasado viernes.

El nivel de desprecio por la vida humana ha sido no menos que perturbador.

A su vez, el hecho de que el objetivo haya sido Francia hace el dolor exponencial.

Francia, la cuna de los derechos humanos.

Francia y su lema libertad, igualdad y fraternidad.

Francia, la del cine, la gastronomía, la moda, ¡en fin! Francia.

Y en París, la ciudad de las luces.

Pero siempre existirá la resiliencia, estas atrocidades serán un buen día un amargo recuerdo, un episodio que servirá para demostrar la capacidad de superar el temor con su antídoto natural, el amor.

El pueblo francés lo superará.

Por otro lado, me parece inútil explicar necedades como la de que por qué se demuestra tanta solidaridad con un país y no con otro. Cuando se pierde una vida humana violentamente no existen fronteras, poco importa la cobertura que se le dé o no, es cada persona quien  debe analizarse y pensar cómo ayudar a cambiar el estado de cosas.

Lo preocupante es, quiénes quedarán marcados por siempre por estos ataques.

No son sólo las familias afectadas, cuyo dolor les acompañará mientras vida tengan; ellos tendrán siempre comprensión, ayuda, solidaridad. Son los musulmanes.

He visto ya en reportes de prensa, en las redes sociales, personas que culpan a los musulmanes de lo sucedido, con ello no entienden que generalizan, que las acciones de extremistas no definen a todos aquellos que han abrazado al Corán.

En un episodio que leí en las redes, un joven taxista de Nueva York lloraba porque nadie quería abordar su taxi porque era musulmán, y se lamentaba de que nadie entendiera que ellos sufren doble, pues son discriminados y odiados, todo porque unos cuantos han usado la religión que profesan como escudo para sus barbaridades.

El mayor homenaje que como seres humanos podemos hacerle a todas las víctimas de estos atentados terroristas, es demostrar nuestra verdadera condición humana, no prejuiciando a ninguna persona por su procedencia, color de piel, lenguaje, condición económica o religión.

Es comportándonos exactamente diferente a como lo hacen los terroristas.

Así como lo declararon hace muchos años los franceses.

Solidaridad con las otras víctimas.