En el mundo de los negocios, cuando se habla de una empresa o sociedad “offshore”, usualmente se refieren a empresas cuya característica principal es que están registradas en un país en el que no realizan ninguna actividad económica.

Los países en los que están radicadas suelen ser paraísos fiscales, esto es, donde una empresa si no realiza transacciones en dicho país, está exenta de todo tipo de impuesto.

Se puede resumir que son tres las grandes ventajas que aportan: protección de activos, confidencialidad y privacidad, y ventajas fiscales.

En tiempos recientes, las ‘offshore’ se hicieron del conocimiento público por los denominados “Panamá Papers”, esto fue la revelación al público de los archivos de una famosa firma de abogados panameños, entre las cuales aparecen numerosos empresarios dominicanos, así como también por el caso Odebrecht, en el cual se utilizaron las ‘offshore’ como parte del esquema para burlar las leyes del país, y de otros territorios.

Pero ahora resulta que con los movimientos de transparencia que se promueven para cerrar estas brechas fiscales, como el denominado FATCA norteamericano, o las legislaciones recientes en materia de lavado de dinero y terrorismo, los paraísos fiscales donde se residen estas ‘offshore’ están en peligro por el golpe financiero que representan estas acciones.

Como ahora se les dificulta enormemente abrir cuentas bancarias en dicho paraísos por las prevenciones dispuestas, el uso de las mismas está en decadencia.

Solo en Islas Vírgenes, donde existen más 400,000 empresas de carpeta ‘offshore’ el registro de nuevas empresas ha caído en más de un 30 %.

Sin embargo es necesario que las autoridades nacionales se mantengan vigilantes, ya que surgen nuevas entidades bancarias, como el recién creado The Bank of Asia Ltd., un banco cuya finalidad principal es darle cabida a empresas de carpeta que se les ha negado apertura de cuentas en otros bancos. Aunque las offshore sufren, hay que permanecer vigilantes.