Vergüenza y dolor son dos palabras que varias mujeres entrevistadas por la BBC emplearon al describir lo que significa para ellas tener los senos grandes.
Jackie Adedeji es una de ellas. Aseguró que en el Reino Unido los senos grandes son considerados como «divertidos y tontos».
Según cuenta, muchas vece ha querido esconderse debido al tamaño de sus pechos.
«A los 11 años ya estaba hipersexualizada. Recuerdo caminar a la escuela y ver a hombres adultos pasar junto a mí lamiéndose los labios«, contó.
«También he estado en reuniones donde los colegas te miran y te hacen sentir que estás allí para ser un objeto sexual», dijo.
Jackie, que exploró estos temas en un nuevo documental llamado «My Big Boobs: UNTOLD» (Mis senos grandes: lo que no se cuenta), dice que con la edad aprendió a aceptar su cuerpo.
En cambio, muchas mujeres prefieren ir al quirófano, una situación que se está volviendo cada vez más común.
La Asociación Británica de Cirujanos Plásticos Estéticos (BAAPS) informó que las reducciones de senos son el segundo procedimiento estético más popular en Reino Unido.
El año pasado se registraron 5.270 cirugías, 120% más que el año anterior y más que antes de la pandemia.
Jackie afirmó que la gente no se da cuenta de «cuán agotador es mentalmente» tener senos grandes.
«Es vergonzoso porque mucha gente se siente dueña de tus senos. Cuando son grandes los ven como propiedad pública». Además, Jackie estuvo sometida a presiones culturales: creció en un hogar religioso donde se fomentaba la modestia.
«Se supone que debes tener clase. Y como mujer negra siempre quieres lucir de la forma más positiva posible. A menudo sentía que mis senos no eran vistos como algo positivo», añadió.
La mejor decisión
Amber también pasó por una situación similar y decidió someterse a una cirugía a principios de 2022.
Después de sufrir dolores durante años debido al tamaño de sus senos, la joven británica de 26 años tuvo que esperar más tiempo de lo previsto para ser operada.
«Sufrí desde que salí de la escuela, pero después de amamantar a mi hija, el dolor llegó a un punto en el que apenas podía caminar«, afirmó
El sistema público de salud británico rechazó varias veces la petición de Amber de someterse al procedimiento.
«Mi esposo y yo tuvimos una larga conversación y decidimos pedir un préstamo», contó Amber, quien pidió mantener su verdadero nombre anónimo.
«Aunque la carga financiera fue una auténtica pesadilla, la operación fue la mejor decisión que he tomado».
Rachael, de 28 años, logró operarse en un hospital público británico hace una década, después de que notificara a su médico sus dolores de espalda y la ansiedad que sufría porque se burlaban de sus senos.
A Rachael le dijeron que perdiera peso, a pesar de tener un índice de masa corporal saludable. Solo cuando le diagnosticaron dolor de espalda crónico sintió que la tomaban en serio.
A pesar de ello, aún estaba lejos de la cirugía. «Probé analgésicos y fisio durante seis meses antes de que me incluyeran en la lista de espera. Y luego esperé otros dos años», contó.
Rachael se considera increíblemente afortunada y dice que su vida después de la operación mejoró mucho.
«Antes de la operación no podía correr sin sentir un dolor intenso. Esa es una de las mayores ventajas. Definitivamente tengo mucha más confianza en mi cuerpo que antes«.
¿Por qué más mujeres se someten a reducciones de senos?
La vicepresidenta de BAAPS, Nora Nugent, explicó que se debe a que las reducciones son un procedimiento eficaz con beneficios funcionales y estéticos.
«Ayuda en términos de comodidad física, imagen corporal y aspectos prácticos, incluso en aspectos como lograr que la ropa quede bien», dijo.
La cirujana plástica también opinó que el procedimiento se está volviendo menos tabú.
«Durante mucho tiempo, la cirugía estuvo asociada a un secreto. Aunque la reducción de senos no es cosmética, entraba en esa categoría, así que la gente realmente no se hablaba de eso. Ahora, es mucho más abierto».
Mientras cada vez más mujeres recurren a esta alternativa, Jackie espera que su documental lleve a las personas a tener más empatía.
«Me gustaría ver más compasión hacia las mujeres con pechos grandes, porque quiero que la gente piense que si alguna vez ve a una mujer cruzar la calle y tiene senos grandes, se está ocupando de sus propios asuntos. Déjenla en paz».