SANTO DOMINGO.-La madre es el ente más influyente en el seno familiar, a tal punto que sus patrones de conducta se pueden reproducir hasta por siete generaciones consecutivas.
Sus enseñanzas son transmitidas a los hijos desde que estos comienzan a formarse en el vientre, y les traspasan desde las emociones, carácter y estilo de vida, hasta igualdad de condiciones a futuro, como es el conservar una vida matrimonial o no.
Enfocada como mujer que pare, la madre es el ser más más grande, sinónimo de la vida, pues es quien trae al mundo la continuidad de la existencia humana, porque a través de ella se inicia una nueva vida, según Xiomara Lora del Monte, psicologa familiar y pedagoga.
“Desde el punto de vista de influenciar, al estar los hijos en el vientre de las madres absorben los nutrientes, todas sus emociones, sentimientos, y a nivel psicológico van modelando el comportamiento de los hijos a través de sus reacciones, vivencias y de lo que ella quiere”, comentó la experta.
De ahí que al nacer la cría, la madre también incide en su comportamiento con los tipos de juguetes, y en base a estos moldea la forma en que quiere que sea su vástago.
Patrones se repiten
Especialmente si es una bebé, se va a conectar con las informaciones ancestrales que vienen viajando con el sistema familiar, pasando desde las siete generaciones anteriores y cruzando todo lo que ha ocurrido en ese periodo.
“Si se trata de una mujer que ha tenido éxitos, que su abuela, bisabuela y tatarabuela eran de cierto linaje o que tuvieran pareja o se divorciaran, entonces se van repitiendo esos estilos de conducta que vienen viajando en el sistema familiar materno”, explicó Lora del Monte.
Por esa razón, en el caso de la mujer, resulta más influyente en la hija, a quien le endosa sus valores, forma de vestir, a ser organizada o no, a ser limpia en el hogar, las tradiciones culinarias, etc.
Conexión con el varón
Si se trata del hijo, muchas veces incide en el comportamiento de este frente a la pareja que escoja. “Si la madre es controladora y mantiene el hijo como para ella, a este se le hace difícil conectar con otra mujer, tener un hogar sano y ser libre para amar a su pareja”, sostiene la experta en terapia familiar.
Cuando no está el padre disponible para la madre, también se cruzan los roles, y el hijo pasa a ser compañero de la madre, inconsciente e inocente, y no está disponible para ninguna mujer.
Ausencia del padre
De acuerdo con Lora del Monte, el rol de la madre es amplísimo y nada tiene que ver con que la mamá quiera o no que sea así, sino que son dinámicas que se presentan en el sistema familiar y el destino que se arrastra de familia en familia.
La teoría que sustenta nuestro enfoque es la Hellingeriana, que si ese tipo de situaciones no es resuelta en una determinada generación, la siguiente la vuelve a mostrar, hasta que sea resuelto el conflicto.