Seis años después de que escribiera una carta, con su propia sangre, pidiendo justicia para su madre, que fue quemada viva, una joven india ha visto como el asesino ha sido castigado.
Basándose en los testimonios de Latika Bansal -que ahora tiene 21 años- y de su hermana menor, un tribunal ha condenado a cárcel de por vida al padre de ambas y esposo de la víctima, Manoj Bansal.
Las jóvenes relataron en el juicio que su progenitor solía golpear a su madre por «no darle a un hijo varón«.
Bansal negó las acusaciones y dijo que su mujer había muerto por suicidio. Una versión que el tribunal de la ciudad Bulandshahr, en el estado norteño de Uttar Pradesh, no creyó.
Todo por un varón
La preferencia por los hijos varones que hay en India tiene su origen en una creencia cultural muy arraigada y extendida. La tradición dicta que un hijo llevará adelante el legado familiar y cuidará de los padres en su vejez, mientras que las hijas no acarrean un costo (por la dote que hay que pagar al momento de casarlas), sino que además dejan sus familias por la de sus esposos.
Activistas atribuyen a estas costumbres el abandono y el mal trato que padecen las niñas, así como la sesgada desproporción entre sexos, causada por la eliminación de decenas de millones de fetos femeninos mediante abortos selectivos por sexo, conocidos como feticidio femenino.
Durante el juicio, las hermanas Bansal relataron que crecieron viendo cómo su padre y su familia se burlaban y agredían a menudo a su madre por sólo dar a luz niñas.
El tribunal también escuchó que la víctima había sido obligada a abortar seis veces, luego que pruebas ilegales para determinar del sexo de fetos mostraran que estaba embarazada de una niñas.
Con ayuda de la familia
La hermana dijo que su vida cambió la mañana del 14 de junio de 2016 cuando su padre -supuestamente apoyado por otros miembros de su familia, quienes niegan los señalamientos- roció a su madre con queroseno y le prendió fuego.
«A las 6:30 de la mañana nos despertaron los gritos de nuestra madre. No pudimos ayudarla porque la puerta de nuestra habitación estaba cerrada por fuera. La vimos arder«, dijeron las jóvenes.
Tras relatar que después de que sus llamadas a la policía local y a los servicios de emergencia fueron ignoradas, Latika dijo que llamaron a su tío materno y a su abuela, quienes llegaron rápidamente y llevaron a su madre al hospital.
Los médicos que trataron a Anu Bansal aseguraron que 80% de su cuerpo sufrió quemaduras. La profundidad de las heridas ocasionó su deceso días después.
La famosa carta
El femicidio saltó a la palestra sólo después de que las niñas -entonces de 15 y 11 años- escribieran una carta con su propia sangre al entonces ministro jefe Akhilesh Yadav, acusando al funcionario de la policía local que tuvo el caso al inicio de alterar el expediente y cambiar la tipología de asesinato a suicidio.
El agente denunciado fue suspendido por no realizar una investigación adecuada y Yadav ordenó una nueva averiguación.
«Hemos tardado seis años, un mes y trece días en conseguir por fin que se haga justicia», declaró a la BBC Sanjay Sharma, el abogado que representó a las hermanas en el juicio.
«Se trata de un caso poco frecuente en el que las hijas llevan un caso contra su propio padre y finalmente obtienen justicia», dijo, añadiendo que en los últimos seis años las jóvenes comparecieron ante el tribunal «más de 100 veces» y «nunca faltaron a una sola citación».
Sharma aseguró que no le cobró ningún dinero a la familia, porque carecían de recursos y también porque quería llamar la atención sobre el drama de las mujeres maltratadas por no alumbrar varones.
«No se trata sólo del asesinato de una mujer. Es un crimen contra la sociedad», dijo. «No está en manos de una mujer decidir el sexo de un bebé, así que ¿por qué debe ser torturada y castigada? Esto es el mal».